El gigante energético ruso Gazprom ha anunciado este miércoles la suspensión del envío de gas a Polonia y Bulgaria, después de que no recibiera el pago en rublos de los dos países miembros de la Unión Europea (UE). Gazprom ha dicho en un comunicado que notificó a Bulgaria, y Polonia, la "suspensión del abastecimiento de gas desde el 27 de abril hasta que el pago se haga" en rublos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en marzo que su país solo aceptaría el pago por sus envíos en la moneda nacional, en respuesta a las sanciones tomadas para castigar la ofensiva del Kremlin en Ucrania. Gazprom dice que hasta el martes por la noche no había recibido el pago por el suministro de gas de abril ni por parte de Bulgaria ni Polonia.
"Bulgaria y Polonia son países de tránsito. En caso de retirada no autorizada de gas ruso entre las cantidades en tránsito hacia países terceros, los envíos de tránsito serán reducidos en las mismas cantidades", ha advertido el gigante ruso.
Polonia y Bulgaria, que son dos países muy dependientes del gas ruso, señalaron ambos el martes por la noche que Gazprom les notificó la suspensión. Los dos miembros de la OTAN y de la Unión Europea (UE) están dispuestos a obtener ese gas por otras fuentes.
Como consecuencia inmediata, los precios de los contratos de futuros ya están escalando. El precio mayorista se ha disparado en torno a un 20%, hasta los 117 euros por megavatio hora en el arranque de la jornada.
El ministro de Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, insistió este miércoles en su determinación de seguir pagando el gas ruso en euros y no en rublos como exige el régimen de Vladimir Putin, en plena pugna con el bloque europeo tras la invasión de Ucrania. "La solicitud rusa de pagar el gas en rublos es una violación del contrato. Tomaremos una decisión a nivel europeo pero nuestros contratos prevén el pago en euros y nosotros queremos pagar en euros", defendió el ministro italiano desde Estrasburgo. Di Maio además aclaró que "hasta hoy" las importaciones de gas desde Rusia a Italia "siguen llegando regularmente".
La estrategia del Gobierno de Mario Draghi pasa por diversificar sus proveedores y en los últimos meses ha alcanzado acuerdos con Argelia (su segundo proveedor de gas), la República del Congo, Catar o Angola, entre otros países africanos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado este miércoles que la Unión Europea (UE) dispone de planes de contingencia para eventuales cortes de gas de Rusia, tras la suspensión del suministro a Bulgaria y Polonia por no pagar en rublos.
"El anuncio de Gazprom de que suspenderá unilateralmente la entrega de gas a los clientes en Europa es otro intento de Rusia de utilizar el gas como instrumento de chantaje", declara Von der Leyen en un comunicado.
La presidenta del Ejecutivo comunitario agrega que la maniobra de Moscú "muestra una vez más la falta de fiabilidad de Rusia como proveedor de gas" y asegura que los socios europeos están "preparados para este escenario (...) injustificado e inaceptable". "Hemos estado trabajando para garantizar entregas alternativas y los mejores niveles de almacenamiento posibles en toda la UE. Los Estados miembros han puesto en marcha planes de contingencia para tal escenario y trabajamos con ellos en coordinación y solidaridad", dice Von der Leyen.
Un reciente estudio del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW) señala que las regiones más expuestas al gas y petróleo ruso son los países de Europa del Este y los Balcanes. La principal alternativa al gas ruso a corto y mediano plazo es el gas natural licuado (GNL), sobre todo de EEUU, aunque en el este y sureste de Europa solo Polonia, Croacia y Grecia disponen de plantas de regasificación.
En Alemania, algo más de la mitad del gas que se utiliza proviene de Rusia. En Polonia, con unas reservas de gas "cercanas al 80%" el Gobierno asegura que no habrá escasez de ese carburante en los hogares pese a la interrupción del suministro ruso. En Austria, un 80 % del carburante importado procede de Rusia, según E-control, el regulador del mercado del gas. El 87% del gas natural importado por la República Checa, uno de los países europeos más críticos con Moscú, es de procedencia rusa y casi la totalidad de las importaciones energéticas en Hungría, que cubren un 70% del consumo, provienen de Rusia.
Bulgaria fue durante décadas el país más cercano a la Unión Soviética y depende hoy por completo de las importaciones energéticas rusas. Rumanía, un vecino de Ucrania, es el segundo mayor productor de petróleo y gas en la UE y, por lo tanto, el país de la región menos dependiente de la energía rusa. Otro de los menos dependientes es Croacia: sólo un 22 % del gas natural que consume el país balcánico proviene de Rusia, según el Gobierno.