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La hepatitis aguda de origen desconocido que afecta a los niños se ha convertido en una alerta sanitaria internacional que se extiende ya por 12 países y que ya se ha cobrado a su primera víctima mortal en Reino Unido, país donde más afectados hay. Hasta el momento, se han notificado unos 169 casos, 13 de ellos en España, aunque según la OMS, se cree que puede haber más.
Con la alarma sanitaria sobre la mesa, Alan Raine, de 27 años, consiguió salvar la vida de su hija, Lola-Rose, de solo tres, en Londres, tras sospechar que esta podría haber contraído la enfermedad de origen desconocido. Lo que en un principio parecía que podría ser un virus estomacal, pronto se convirtió en una inflamación del hígado grave que obligó a la pequeña a pasar por quirófano. Los médicos le daban horas de vida.
Los padres de la pequeña pronto se dieron cuenta de que los ojos de su hija habían adquirido un color amarillento que pronto relacionaron con la ictericia, un síntoma característico de la hepatitis. De inmediato llevaron a la niña al hospital, donde los médicos descubrieron que tenía el hígado demasiado hinchado.
Días después, el hígado de Lola-Rose comenzó a fallar y está entró en coma. Su cerebro se había hinchado debido a que su hígado no podía filtrar las toxinas mientras estaba en cuidados intensivos. Sin un trasplante moriría en pocas horas.
Fue entonces cuando Alan, su padre, decidió darle parte de su hígado a su hija. Tras descubrir que el órgano era compatible entre ambos, no dudó en someterse a la operación, que se extendió durante siete horas. "Podrían haberme dicho que no iba a sobrevivir a la cirugía y ella sí, y yo habría seguido adelante", afirmó Alan en unas declaraciones recogidas por 'The Sun'. Semanas después, Lola-Rose está en casa y poco a poco continúa recuperándose y volviendo a establecer la normalidad en su vida.
Los síntomas que presentaría la hepatitis aguda severa de origen desconocido serían, principalmente, ictericia y problemas gastrointestinales que incluyen vómitos como característica prominente, en niños de hasta 16 años de edad. Sanidad ya han alertado a padres y tutores para que en caso de duda, acudan cuanto antes un centro de salud.
La recomendación de las autoridades sanitarias es el lavado frecuente de las manos, cubrirse al toser con la parte interior del codo y emplear pañuelos desechables. Además, recomienda consultar con el pediatra si el menor comienza con síntomas que se agravan en pocos días y recuerda que solo deben recibir los medicamentos prescritos por un médico o pediatra.