La batalla judicial de Pablo Ibar, hispanoamericano de ascendencia vasca, de 47 años de edad, se remonta a 1994. Desde entonces permanece preso en Estados Unidos, y en la actualidad asiste al cuarto juicio contra él. Acusado del triple asesinato de Casimir Sucharski, propietario de un club nocturno, y de las modelos Sharon Anderson y Marie Rogers, en Mirarmar, Florida, EEUU, en el 2000 fue condenado a la máxima pena. Sin embargo, años más tarde, la defensa lograba que el Supremo de Florida anulase la decisión, dando paso a nuevos juicios. El último arrancó el 26 de noviembre de 2018, y fue el pasado 19 de enero cuando fue declarado nuevamente culpable del triple asesinato.
Este lunes, justo antes de comenzar la sesión de la segunda parte del juicio en la que se dictará sentencia, Pablo Ibar, quien desde el primer momento ha defendido su inocencia, ha perdido los nervios, levantándose del banquillo para señalar directamente con el dedo al juez que se encarga del caso, Dennis Bailey, a quien acusa de ir “en su contra” y de favorecer “constantemente” a la Fiscalía, que pide la pena de muerte para él.
Más allá, evidenciando también un enfado que se extiende también a sus letrados, Ibar ha reprochado al juez que haya rechazado las numerosas peticiones realizadas por los abogados de la defensa, mientras admitía los requerimientos del ministerio público, antes de recomponerse y volverse a sentar para que continuase la vista oral.
Este mismo martes podríamos conocer la recomendación del jurado a Bailey para dictar una sentencia, que puede ser la condena a la pena de muerte o la cadena perpetua. De los 12 miembros que componen el jurado, basta que solo uno diga ‘no’ a la pena capital para romper la unanimidad necesaria para que sea condenado a dicha pena. Por eso, los comparecientes en la vista oral por parte de Ibar han apelado en sus discursos a que no acaben con su vida.
En la segunda fase del juicio en los tribunales de Fort Lauderdale han testificado el embajador de España en EE.UU., Santiago Cabanas, el cónsul general español en Miami, Cándido Creis, el padre del encausado, Cándido Ibar –hermano del boxeador vasco 'Urtain'–, sus tres hermanos y su mujer, Tanya.
Los dos primeros, Cabanas y Creis, han comparecido como testigos de la defensa, realizando un alegato contra la pena de muerte para evitar su condena a muerte: "La vida de Pablo es importante para su familia y la familia de Pablo es importante para él. Merece la pena salvar la vida de Pablo", ha dicho el embajador al inicio de la sesión.
Del mismo modo, la mujer de Ibar, Tanya, ha mostrado su deseo de poder llegar con estos testimonios, al menos, "al corazón" de uno de los doce miembros del Jurado, al igual que sus tres hermanos le han definido como “la persona más buena” que conocen. Uno de ellos se ha dirigido al tribunal popular para asegurar que sería "una tragedia" que su hija recién nacida no conociera a su tío.
En cualquier caso, es el jurado quien trasladará ahora al juez si considera que, en la sentencia, debe condenarle a la pena capital o a cadena perpetua. En caso de que crean que hay que imponerle la pena capital, el magistrado puede rebajar la pena a cadena perpetua.
En esta parte de la vista oral, Bailey, a instancias de la Fiscalía, ha permitido que se analice un caso de robo y allanamiento de morada cometido en Miami Dade (Florida) tres semanas después del triple crimen en Miramar, por el que Ibar fue condenado a ocho años de pena, que ya cumplió.