El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, se ha comprometido a procesar, "sin ninguna excepción", a todos los militares que hayan cometido graves violaciones de los Derechos Humanos, aunque ha advertido de que su propósito no es hacer "una caza de brujas".
"Mi prioridad es la reconciliación", declaró Ouattara durante una rueda de prensa celebrada el miércoles en la sede de la ONU, en NUeva York. "Por una parte, tenemos un proceso de reconciliación que va por buen camino, y, por otra, un sistema judicial que debe hacer su trabajo" para que no haya "impunidad", por otro.
En lo que refiere a la reconciliación, declaró, la Comisión para el Diálogo, la Verdad y la Reconciliación tiene la intención de reunirse con las víctimas y con las familias de las víctimas de la violencia que se desencadenó en el país después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2010 a fin de facilitar el "perdón" y de elaborar sus propias recomendaciones.
En lo que respecta a la justicia, Ouattara recordó que la semana pasada fue constituida una comisión para investigar lo sucedido tras las elecciones, sobre todo en el oeste de Costa de Marfil.
Asimismo, aseguró que "no habrá ninguna excepción" a la hora de juzgar a los presuntos autores de los crímenes y que los militares que estén acusados de violaciones de Derechos Humanos serán entregados a la justicia castrense. No obstante, advirtió, no tiene ninguna intención de llevar a cabo "una caza de brujas".
DENUNCIAS DE AMNISTÍA
Amnistía Internacional (AI) denunció el jueves "los homicidios y los ataques por motivo étnico" cometidos tanto por las fuerzas de seguridad de Costa de Marfil como por los paramilitares del Gobierno de Alassane Ouattara. Entre las víctimas de los paramilitares 'dozos' ('cazadores') destacan los miembros del grupo étnico guéré supuestamente partidarios del ex presidente Laurent Gbagbo, añadió.
Este "clima de terror" creado por las fuerzas de seguridad y por los paramilitares, advirtió, impide el regreso a sus hogares a los cientos de miles de personas que se vieron desplazadas por la violencia posterior a las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre.
Asimismo, AI aseguró que durante los meses que siguieron a las controvertidas elecciones presidenciales de Costa de Marfil, las fuerzas leales tanto a Ouattara como a Gbagbo cometieron graves violaciones de Derechos Humanos, incluidos crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra.
La mayoría de las víctimas de los mercenarios liberianos y de milicianos de Gbagbo pertenecían a la comunidad dioula, considerada leal a Alassane Ouattara, agregó.
LA MISIÓN
La visita de Ouattara a la sede de la ONU coincide con la decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de extender por un año el mandato de la misión de pacificación en Costa de Marfil (UNOCI), formada por 9.800 militares y que permenacerá, por tanto, en vigor hasta el 31 de julio de 2012.
La extensión del mandato había sido propuesta por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien se reunió ayer miércoles en Nueva York con Alassane Ouattara. La UNOCI surgió en 2004 con el fin de facilitar el proceso de paz y de ayudar a superar la guerra civil entre el sur y el norte.
Durante la rueda de prensa, Ouattara declaró que las próximas elecciones legislativas podrían celebrarse entre finales de noviembre y principios de diciembre de este año y que ha invitado a los partidarios del depuesto presidente Laurent Gbagbo a presentar sus candidaturas.
Asimismo, Ouattara aseguró que ha pedido ayuda financiera a la ONU y que su país necesita alrededor de 25 a 30 millones de dólares. El próximo viernes, el presidente marfileño se reunirá en Washington con su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama. También tiene previsto entrevistarse con el presidente del Banco Mundial, Robert J. Zoellick, y con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.