La hospitalización del presidente estadounidense, Donald Trump, tras haber dado positivo por covid-19 abre múltiples interrogantes respecto al futuro político del país con unas elecciones a la vuelta de la esquina. Aunque Trump se ha apresurado a anunciar que el tratamiento al que se está sometiendo parece estar surtiendo efecto, lo cierto es que su agenda ahora mismo es una incógnita, sobre todo si su estado de salud llegara a empeorar.
De momento, el aislamiento de 10 días tras el positivo permitiría en principio que Trump pudiera participar en el debate presidencial del 15 de octubre, aunque este viernes ya se anuló un mitin en Florida. En su lugar, el presidente habló por teléfono con "personas mayores vulnerables a la covid-19".
Seguramente habrá más mítines que se tengan que suspender, lo cual minaría la capacidad de Trump de hacer campaña, por lo que ya se ha puesto sobre la mesa la opción de retrasar las elecciones, según la BBC. Pero, por ley, las elecciones en EEUU son el martes posterior al primer lunes de noviembre, cada cuatro años. En esta ocasión recaen en el 3 de noviembre. Cambiar la fecha no depende del presidente, sino de una mayoría en las dos cámaras del Congreso. Es una opción poco probable, porque la Cámara de Representantes tiene mayoría demócrata.
Si un presidente resultara incapacitado, la enmienda 25 de la constitución de EE UU recoge que se puede entregar el poder al vicepresidente, en este caso Mike Pence. La incapacidad la puede declarar el gabinete y el vicepresidente. Si por algún motivo Pence quedara incapacitado, sería Nancy Pelosi, demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes, la que asumiría al poder, pero expertos consultados por la BBC sostienen que esa posibilidad conllevaría batallas legales. Finalmente, si Pelosi no quisiera o pudiera ostentar el cargo, lo haría el senador republicano de mayor edad, o sea, Charles E. Grassley, de 87 años.
Hasta ahora, sólo dos veces el presidente ha estado incapacitado. En 1985, cuando Ronald Reagan fue operado de cáncer, dejó el cargo a su vicepresidente, George H. W. Bush. En 2002 y 2007, el hijo de éste, George W. Bush, hizo lo mismo con su segundo, Dick Cheney, mientras fue sedado para unas colonoscopias de rutina.
En el caso de que Trump no pudiera optar a los comicios, Pence no sería automáticamente proclamado candidato. Los 168 miembros del Comité Nacional Republicano (RNC) votarían para elegir a un nuevo candidato, si bien Pence puede postularse. Nunca en la historia ni demócratas ni republicanos han reemplazado a su candidato tras seleccionarlo oficialmente.
Si se cambia el candidato pero ya se han emitido votos por correo, la votación seguiría adelante, pero habría dudas sobre si los electores presidenciales podrían votar al candidato nuevo.