Con tres cuartas partes del país sumidas en temperaturas extremas y una sensación térmica de hasta 50 grados bajo cero en algunas regiones, el vórtice polar que azota a Estados Unidos ha disparado las alertas. En emergencia nacional, las autoridades instan a los ciudadanos a permanecer refugiados en sus casas ante el riesgo de congelación en el exterior, algo que puede producirse en cuestión de minutos.
La situación es tal que incluso en el Ártico hoy hace mejor tiempo que en algunos puntos de Estados Unidos. Suena exagerado, pero es la realidad. La mayor ola de frío de la historia en Estados Unidos está pulverizando, récord tras récord, las temperaturas mínimas alcanzadas en muchas localidades del medio oeste, la zona más afectada por este temporal que ya se ha cobrado sus primeras víctimas mortales.
Mientras Trump, con la que está cayendo se dedica precisamente a frivolizar sobre el frío que hace en el país, suplicando “que vuelva el calentamiento global”, Míchigan, Dakota del Norte, Tennessee o Illinois, entre muchas otras, se congelan.
Tanto es así que en Chicago, una de las ciudades más afectadas por la inclemencia del temporal, son hoy muchos los que han optado por rebautizarla como ‘Chiberia’, intentando buscar el humor para huir de la desesperación que supone vivir en esas circunstancias.
Caminar por las calles es un auténtico desafío que se desaconseja; coger el coche es un sinónimo de accidente; miles de vuelos han sido cancelados porque los aviones patinan sobre la pista; el tren está colapsado por la nieve, pese a que algunos funcionan gracias a los fuegos que se provocan para evitar que se congelen las vías; el resto de los medios de transportes de igual modo se encuentran bloqueados; y los colegios, como numerosos establecimientos, permanecen cerrados en las regiones más afectadas. El país, en sí, se halla paralizado por el vórtice polar.
Para hacernos una idea de la situación basta con mencionar las temperaturas a las que se levantaban algunos ciudadanos estadounidenses a las 8.00 horas de la mañana: 30 grados bajo cero en Minneapolis; 29 bajo cero en Chicago; 25 bajo cero en Detroit; 22 bajo cero en Des Moines, Iowa… Y así hasta completar una larga lista que revela que este jueves hasta 11 estados de la mitad oeste de Estados Unidos y el norte de Nueva Inglaterra han registrado temperaturas más bajas que el punto más al norte de Alaska, la ciudad de Utqiagvik, también conocida como Barrow, tal como recoge la popular compañía de información meteorológica AccuWeather, quien precisamente ha destacado algunos de los valores históricos registrados este jueves.
Nada más y nada menos que 65 grados bajo cero: esa es la temperatura recogida por AccuWeather en la ciudad de Thief River Falls en Minnesota durante esta madrugada, y da escalofríos solo con pensarlo.
En Dakota del Norte, por su parte, han tenido que soportar hasta ocho horas consecutivas con temperaturas de 54 grados bajo cero, mientras que en Minneapolis han sido hasta catorce las horas en las que el termómetro se ha negado a abandonar los -45ºC. Hay que remontarse a 1996 para encontrar temperaturas tan bajas en esta ciudad de Minnesota, con -33ºC.
Por otro lado, en Chicago, que ha rozado los -30, hay que irse nada más y nada menos que a un ya muy lejano 1985 para encontrar un valor cercano, con 24 grados bajo cero.
Más allá, hay que viajar a 1936 en South Bend, Indiana, o a 1920 en Detroit, si queremos encontrar valores que se acerquen, aunque sea un poco, a las gélidas temperaturas a las que ahora los estadounidenses se enfrentan.