La familia Tian llevaba desde 2014 "viviendo" en el hospital de Pekín (China) sin justificación médica, casi como si fuera su propia casa, y pese a todos los esfuerzos del centro para desalojarles durante estos años no lo han conseguido hasta ahora, cuando la Justicia les ha obligado.
La rocambolesca historia comenzó cuando el hijo de la familia acudió al hospital, acompañado en todo momento por sus padres, aduciendo que estaba enfermo, llevaba dos meses padeciendo náuseas y vómitos y le temblaban las piernas. En principio solo iba a pasar unos días hasta que se recuperara, pero cuando le dieron el alta y le mostraron la factura que tenía que pagar, el enfermo acusó al hospital de darle un tratamiento inadecuado y se negó a irse.
Fue entonces cuando sus padres y él ocuparon la habitación del hospital y la adecuaron a su gusto, llevando ollas, comida y otras pertenencias personales y pasando allí incluso diferentes fiestas y celebraciones como el Año Nuevo Chino o los cumpleaños.
Dio comienzo una larga batalla legal entre el hospital y la familia Tian para poder echarles del centro, e incluso en 2019 renunciaron a los 1.26 millones de yuanes (unos 159.000 euros) en gastos que les reclamaban.
El hospital demostró que el hijo de los Tian no necesitaba tratamiento médico y estaban ocupando la habitación y gastando recursos necesarios para otros pacientes. Pero la familia denunció al centro médico alegando negligencia médica.
Finalmente, la última semana de diciembre, el Tribunal Popular del Distrito de Xicheng de Pekín sentenció que debían abandonar el hospital, pero también tenían derecho a una indemnización de 480.000 yuanes (unos 60.500 euros) por parte del centro. Así que, tras vivir gratis durante 6 años, cobraron dinero del hospital y, además, fueron llevados a su casa en una ambulancia.