Un nuevo día de protestas y represión en Ecuador

  • La jornada del viernes ha sido una de las más difíciles de la semana de protestas en el país

La protesta y la represión en las calles han sido la tónica durante la jornada del viernes en Quito. Lo que parecía que sería un día en calma tensa, festivo nacional y a la expectativa de resolver el enredo entre el gobierno de Lenín Moreno y el pueblo indígena, se tornó en una de las jornadas más difíciles de la semana hasta el momento.

Más de 20.000 indígenas de las diferentes comunidades de todo el país continúan sitiando el centro histórico de Quito, acampando en parques y Universidades y haciendo vida alegando una resistencia que puede tornarse imprevisible en el tiempo.

En Ecuador, según datos de Junio del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, viven más de 1,4 millones de indígenas, lo que supone el 8% de la población total del país aproximadamente.

Y es un pueblo fuerte, y con experiencia en derrocar presidentes por menos que lo que exigen a Lenin. Abdalá Bucaram, en 1997; Jamil Mahuad, en el 2002 y Lucio Gutierrez, en el 2005 fueron derrocados por las mismas comunidades que hoy le piden al presidente del país que de marcha atrás y derogue un decreto que supone una reforma laboral que consideran inasumible y el aumento del precio del combustible en más de un 120%.

El objetivo de la marcha del viernes era tomar la Asamblea, y hasta allí llegaron los miles de indígenas, no sin antes sufrir una brutal represión por la policía nacional. Perdigones y gases y bombas lacrimógenas han sido las protagonistas, provocando el caos en el centro de la ciudad que ha permanecido cortado al tráfico y con los comercios cerrados durante todo el día.

Finalmente, los manifestantes consiguieron llegar hasta las inmediaciones de la Asamblea, cuidadosamente vigilada por las Fuerzas Armadas del país. La protesta en las puertas del Palacio Legislativo transcurrió pacíficamente durante varias horas donde se escuchaban constantemente consignas anti Lenín. Sorprende la fortaleza del discurso de los manifestantes que se niegan absolutamente a ceder ante una posible mesa de diálogo con el gobierno si no hay una derogación total del mencionado decreto 883.

Precisamente el presidente Moreno, a las 3:30 pm hora local, lanzó un mensaje televisado de 46 segundos al país que no fue muy bien recibido por la comunidad. “Es indispensable frenar la violencia”, comenzaba el vídeo. Un comienzo que ya predispuso negativamente a los manifestantes que consideran que la violencia es unilateral (y desproporcionada) porque solo proviene del Estado. Lenín hace un llamado a los dirigentes a dialogar directamente con él para “hablar del Decreto 883” y “dialogar sobre a dónde deben ir sus recursos” para “asegurarse de que vayan a quien más los necesitan”. “El país debe recuperar la calma”, terminaba su breve alocución retransmitida desde Guayaquil, a donde trasladó la sede de su gobierno el pasado lunes por la inestabilidad del país.

El mensaje fue recibido como una tomadura de pelo por los dirigentes de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), que en seguida respondieron a través de su cuenta de Twitter, posteando un vídeo en el que se ve el momento exacto en el que las fuerzas de seguridad comienzan a arremeter con gases y bombas lacrimógenas a la gente que se encontraba en las puertas de la Asamblea. “Ese es el diálogo que propone el Gobierno de Lenin. La Policía arremete nuevamente con la represión con más fuerza a pesar de los pedidos de paz de manifestantes que descansaban en parque El Arbolito”, decía el tuit.

Los movimientos de derechos humanos han denunciado este último asalto porque en el momento en el que ocurrió los manifestantes se encontraban sentados pacíficamente en las inmediaciones del Parlamento y la policía aprovechó la situación de calma momentánea para reprimir y despejar el espacio. La pelea duró varias horas más en la calle y por el momento, la Confederación no ha dado respuesta en positivo a la invitación al diálogo de un presidente que no parece muy dispuesto a ceder en lo fundamental y que se encuentra cada vez más aislado; y con una historia reciente de su país nada a su favor. Solo entre 1997 y el 2007, Ecuador tuvo nueve presidentes y Rafael Correa fue el único que rompió la mala tradición de no culminar con las legislaturas desde comienzos del siglo XX.

El mal agüero de la historia comienza a cernir su sombra sobre el futuro del presidente actual si no desbloquea pronto un problema que podría costarle el trono.