Los aeropuertos internacionales JFK y La Guardia de Nueva York y el Newark Liberty de Nueva Jersey han reabierto sus puertas parcialmente, un día después de que tuvieran que ser cerrados a causa del temporal de nieve que azota la costa este de Estados Unidos. Pero el caos continúan, tanto en la terminal como en la ciudad. Moverse por la gran manzana es casi imposible porque el metro funciona a medias y los taxis están atrapados en la nieve.
Las máquinas quitanieve se han empleado a fondo para poder reabrir los tres aeropuertos principales del área de Nueva York, pero las torres de control sólo dan órdenes para despegar.
Las más de 24 horas de cierre tienen como consecuencias miles de vuelos cancelados y retrasados y centenares de pasajeros siguen atrapados en las terminales.
Imposible circular por carretera
Circular por carretera también resulta imposible. La manta blanca que cubre la ciudad ha sepultado a cientos de coches, mientras que 400 autobuses del servicio público han tenido que suspender sus rutas, según recogen los informes de la oficina de tránsito de Nueva York.
"Ahora nuestra prioridad es buscar todo lo que ha quedado enterrado y hacer que este martes todo esté en su sitio para poder prestar el servicio", dice el jefe de la Autoridad Metropolitana de Tránsito, Jay Walder, en una rueda de prensa en el ayuntamiento.
Cuatro metros de nieve en las vías del tren
El transporte ferroviario se normaliza a pesar de que han llegado a caer hasta cuatro metros de nieve en las vías cercanas a Nueva York. En el mismo sentido, el servicio de metro de la línea norte ha quedado restablecido, después de que las fuertes rachas de viento derribaran varias torres eléctricas.
Además, los aeródromos de Filadelfia y Boston también han reabierto sus puertas, lo que contribuirá a descongestionar el tráfico aéreo en la zona noroeste del país, la más afectada por el temporal, según ha explicado el portavoz de la Administración Federal de Aviación, Paul Takemoto. BQM