La escena era verdaderamente estremecedora y los gritos de los vecinos que la contemplaban eran el fiel reflejo de la gran tensión que se vivió en las inmediaciones de una vivienda de la ciudad francesa de Grenoble, donde dos niños de 10 y 3 años se vieron rodeados por las llamas de un incendio desatado junto al domicilio.
Presos del pánico, con el fuego amenazando con acabar con sus vidas, los pequeños se apresuraron a aproximarse a una de las ventanas de la casa en un intento desesperado por salvarse del incendio. Fuera, los vecinos, aterrados, vieron cómo el niño de 10 años sujetaba a su hermano pequeño por la camiseta desde dicha ventana, que se ubicaba en un tercer piso.
Reaccionando a la desesperada, varios de los testigos se apresuraron a colocarse abajo, en la trayectoria de la caída, rezando por poder salvar la vida de los niños si caían antes de la llegada de los bomberos.
En este contexto, con las llamas acercándose rápidamente y cada vez más, sin contemplar otra opción, el niño de 10 años terminó soltando a su hermano de 3 años con la esperanza de que la decena de vecinos agrupados abajo pudieran cogerle y frenar la caída. Después, sin pensarlo un instante, se lanzó él.
Milagrosamente, pese a lo crítico de la situación, todo salió bien. Ambos salieron ilesos gracias a la inestimable intervención de los vecinos. Uno de ellos, un estudiante, sufrió una fractura en el brazo al amortiguar la caída de los pequeños, pero con su heroica proeza, junto a la ayuda de los allí presentes, logró salvarles.
“Son los niños los que nos han dado el coraje, porque ellos han decidido saltar”, han contado los pequeños.
Ahora, lo que las autoridades investigan es por qué los niños estaban solos en casa.