Los niños rescatados de la cueva de Tailandia se ordenan novicios budistas
Informativos Telecinco
25/07/201813:33 h.Once de los doce niños que tuvieron que ser rescatados junto a su entrenador de fútbol de una cueva inundada situada en la provincia de Chiang Rai, en el norte de Tailandia, se han ordenado novicios budistas en memoria del buzo que murió durante su rescate.
Los once niños han participado este miércoles en una sencilla ceremonia celebrada en el monasterio budista de Wat Phra That Doi Wao, ubicado en una pintoresca zona montañosa del distrito de Mae Sai, según ha informado el diario tailandés Bangkok Post.
Los menores, que han lucido la tradicional túnica budista con la cabeza totalmente rapada, realizarán un retiro espiritual durante nueve días. El otro niño que quedó atrapado no ha participado en el acto religioso porque es cristiano.
Junto a ellos estaba su entrenador, de 25 años de edad, que también estuvo atrapado en la cueva de Tham Luang. Ekapol Chanthawong hizo un aprendizaje budista de ocho años en Wat Sao Hin, Lamphun (norte), por lo que en su caso ya posee la categoría de monje.
Waliphon Kunan, la viuda del buzo fallecido, Saman Kunan, también ha estado presente en el festejo. Al parecer, los niños y su entrenador prometieron ordenarse cuando se enteraron de que murió por falta de oxígeno mientras participaba en las operaciones de rescate.
"La ordenación es también una forma de dar las gracias a todos los rescatistas de Tailandia y otro países", entre ellos un español, que ayudaron a sacarles de Tham Luang, ha dicho Praphan Khamchoi, el líder budista de Chiang Rai.
Los doce niños y su entrenador se quedaron atrapados en la gruta el pasado 23 de junio durante una excursión. La cueva se inundó por la crecida de las aguas a causa de las lluvias torrenciales de esos días haciendo impracticable la salida.
El equipo de fútbol fue localizado el 2 de julio por buzos británicos, pero no pudieron ser liberados hasta una semana después. Los niños tuvieron que ser sedados para que no entraran en pánico durante el largo camino que debían recorrer buceando hasta alcanzar la salida.
Una vez fuera de la cueva, fueron trasladados a un hospital donde permanecieron ingresados hasta descartar que hubieran contraído enfermedades infecciosas. Desde entonces, han estado protegidos por sus familias y las autoridades, que han pedido a la prensa que permita a los niños volver a la normalidad.
Su historia ha despertado el interés de una docena de productoras cinematográficas, incluidas dos extranjeras, según ha contado el Gobierno. En el caso de que algún proyecto prospere, las autoridades se encargarán de que la película se ajuste a lo ocurrido.