Lucca Larkin, un niño de 10 años de Manchester, no paraba de quejarse a sus padres porque le dolía la cabeza. Lo que empezó como un catarro resultó ser un tumor cerebral. Semanas después del diagnóstico y tras una operación, Lucca espera para recibir radioterapia. Su familia se está planteando llevarlo a Alemania, donde existe una terapia pionera con protones.
Shellie Larkin, la madre de Lucca, pensaba que los dolores de cabeza de su hijo eran un simple resfriado, que debía cambiar de gafas o que pasaba mucho tiempo jugando con los videojuegos. Pero las quejas del pequeño británico de 10 años de dolores de cabeza no cesaban y decidió llevarle al médico.
En el Royal Manchester Children’s Hospital le dieron el diagnóstico: cáncer en el cerebro. “Se te viene el mundo encima y te rompen el corazón”, ha explicado su padre Simon Larkin. Lucca tiene un meduloblastoma, un cáncer que comienza en el cerebelo y que es uno de los más comunes en niños.
“Es difícil describir la sensación que tienes cuando escuchas la noticia de que lo que creías que eran dolores de cabeza o migrañas es en realidad algo mucho más grave. Como madre es el peor sentimiento, sientes que has muerto por dentro cuando escuchas que tu hijo tiene ese tipo de enfermedad”, ha confesado Shellie en declaraciones recogidas por el Daily Mail.
El pequeño de 10 años se ha sometido a una operación para extirparle el tumor. Está a la espera de poder recibir radioterapia para erradicar la parte que los médicos no han podido quitar mediante la cirugía y de los resultados que le digan si el cáncer se ha extendido por la columna vertebral.
Sus padres han promovido una campaña de recaudación de fondos para sufragar los gastos de su enfermedad. Lucca podría tener que viajar a Alemania, donde existe una novedosa terapia con protones.
En España conocimos el caso de Ashya King, el niño británico que pasó por España camino a la República Checa, donde había una de las pocas unidades de protones donde irradiaron su tumor cerebral. Él fue tratado en 2015 y un año después supimos que había podido volver al colegio.
Su caso fue muy mediático porque sus padres escaparon con él del hospital británico, donde los medios eran contrarios a este tratamiento. En su camino a Praga pasaron por España, donde estuvieron detenidos unos días y Ashya hospitalizado en Málaga.
La protonterapia va más allá en tumores difíciles. “Tumores muy localizados, difíciles de extirpar quirúrgicamente, que se muevan relativamente poco dentro del organismo y que sean resistentes a las formas convencionales de radiación”, explica Felipe Calvo, codirector de radioterapia en la Clínica Universidad de Navarra. La terapia con protones solo destruye el tejido enfermo y es ideal en casos pediátricos “porque los niños con cáncer van a vivir muchos años y queremos que vivan sin secuelas”, apunta Calvo.