Un niño de 11 años alérgico a la leche falleció el pasado mes de junio en Reino Unido tras comer parte de una tableta de chocolate que su padre le había comprado por error. El progenitor creyó que esta era compatible con la enfermedad de su hijo. Sin embargo, su decisión resultó fatal para el pequeño.
Tras ingerir cuatro trozos, el menor comenzó a vomitar. Sus padres intentaron en todo momento asistirle y le dieron su inhalador y una medicación, pero no sirvió de nada. Por ello, tuvo que ser trasladado al hospital, donde murió horas después por anafilaxis, una grave reacción alérgica.
Tras revisar el envoltorio de chocolate, los progenitores comprobaron que este no llevaba gluten, pero sí leche en polvo. Por ello, el padre ha tenido que declarar ante la justicia. El juez lo exculpó ya que el hombre “hizo todo lo que pudo” por salvar a su hijo.
"Explicó que Raffi había vomitado en ocasiones en que había bebido leche y luego se recuperaba", afirmó en magistrado, tal y como han recogido varios medios locales. Por ello, concluyó que se trataba de “una muerte accidental”.