La historia de Zainab Mughal se ha convertido en un ejemplo de solidaridad y superación. Esta niña de solo cuatro años tiene la sangre más rara del mundo, y fue diagnosticada con un cáncer agresivo. Por su enfermedad, necesitaba recibir donaciones de sangre, pero debido a su genética esta tarea se convirtió en algo muy complicado.
El proyecto OneBlood decidió hacer un llamamiento mundial para ayudar a la pequeña, y fue entonces cuando la familia de la menor descubrió la marea de solidaridad que todavía siguen sin creerse haber recibido. A la sangre de Zainab le falta un antígeno común, algo muy raro y que ocurre en muy pocas personas del mundo, siendo más común en las personas de ascendencia india, iraní o paquistaní.
A pesar de la dificultad de la búsqueda, solo en las primeras semanas más de 25.000 personas se ofrecieron voluntarias como donantes, y se encontraron a cinco de ellos compatibles para la menor. Gracias a esta solidaridad y a los tratamientos que recibió Zainab, ahora su historia tiene un final feliz: el cáncer le ha remitido.