La pandemia del Covid-19: la gota que colmó el vaso para el éxodo de neoyorquinos y californianos
Casas más grandes a mejor precio, pago de menos impuestos y mayor seguridad en las calles, son algunas de las razones que les han hecho cambiar estado de residencia
Criar un hijo en California cuesta más de 32.000 dólares al año, mientras en Texas cuesta 25.000 dólares
“No he hecho nada diferente salvo mudarme. Ahora tengo menos ansiedad”
Cuando el Covid-19 comenzó a extenderse por Estados Unidos hace ahora un año, millones de personas que vivían en grandes ciudades donde el virus se cebó especialmente los primeros meses, como Nueva York o San Francisco, se desplazaron de forma temporal a otras localidades o estados menos afectados, ante el temor de ser contagiados y huyendo de las restricciones que obligaban a miles de residentes a quedarse en sus pequeños apartamentos.
El sistema del teletrabajo, abría para muchos en el país (y en el mundo entero) una nueva senda para poner en práctica un sistema laboral diferente, que permitía realizar las funciones profesionales desde cualquier lugar, sin necesidad de acudir físicamente a la oficina.
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El aumento de la tasa de desempleo ha sido también, sin duda, uno de los motivos principales que ha obligado a los ciudadanos a tomar medidas más drásticas para sobrevivir económicamente y desplazarse a lugares donde la vida es más barata.
Pero a medida que ha ido pasando el tiempo, una gran parte de esos desplazamientos, y otros muchos añadidos en los últimos meses, se han convertido en cambios definitivos para muchas personas que se han encontrado o buscaban un estilo de vida más saludable, seguro y agradecido para el bolsillo, lejos del estrés de las grandes urbes y las rentas imposibles.
Más de 15,9 millones de personas se han mudado en Estados Unidos durante la pandemia del coronavirus, según datos del Servicio Postal del país (USPS por sus siglas en inglés). El Covid-19 ha sido la gota que ha colmado el vaso, pero no la única razón para el éxodo de habitantes.
En el ranking de los estados que más han sufrido la masiva movilización de residentes, los estados de Nueva York, California y Chicago encabezan la lista, teniendo en cuenta además que el coste del nivel de vida es superior al de otros estados, y donde los impuestos varían considerablemente.
Los destinos más atractivos convertidos en los nuevos lugares de residencia de miles de estadounidense, son principalmente a Tennessee, Texas y Florida.
“La hipoteca de la casa es la mitad de lo que pagábamos antes de alquiler”
Cuando Edward Hill y su mujer, Margaret, dejaron su apartamento de una habitación en el barrio de Brooklyn, Nueva York, para trasladarse a Nashville, Tennessee, en principio planificaron una mudanza temporal. Lo habían hablado en otras ocasiones, antes de la pandemia, pero no se decidían a dar el paso. El impulso definitivo llegó ante la preocupación por el impacto del Covid-19 y la movilidad en la ciudad a principios de marzo del año pasado.
Una vez en Tennessee, comenzaron a trabajar de manera remota a tiempo completo. Salían poco del nuevo apartamento como medida de precaución, pero conforme iban pasando los meses, se fueron adaptando a un estilo de vida más apetecible, y terminaron comprando una casa mucho más amplia, de tres habitaciones, con trastero, garaje, y con un jardín y un patio que también disfruta su perro. “Todo es mucho más barato que en Brooklyn, el coste de vida es mucho menor aquí, la hipoteca de la casa es la mitad de lo que pagábamos antes de alquiler”, comenta el matrimonio que trabaja en la industria de la música.
“Además hay buena pesca cerca, algo que, con el ritmo de vida y el estrés de Nueva York, pocas veces me podía permitir”, asegura con entusiasmo Hill, quien aprovecha el cambio para disfrutar de una de sus actividades preferidas.
Además de su música country, Tennessee es reconocido por su ambiente rural, con gran variedad de opciones para divertirse al aire libre y con un clima relativamente agradable a pesar del frío invierno. Pero también es destacado por no tener un impuesto sobre la renta estatal, algo que también sucede en Florida o Texas, a diferencia del estado de California o Nueva York. En este último, se requiere un pago del 8,8% de impuestos a aquellos que tienen altos ingresos, mientras la ciudad de Nueva York cobra otro 3,9%, que combinados, asciende a casi un 13%. La diferencia a final de año, podría contabilizarse en el pago de cientos de miles de dólares más. En California el impuesto es mayor aún, alcanzando el 13,3%.
“Los números son mucho más fáciles de asimilar”
Las ventajas de los precios en la vivienda también las ha experimentado de buena gana Savannah Augunas, asociada de una firma consultora, quien igualmente dejó atrás su vida en Nueva York, para mudarse a su estado natal de Maine el pasado mes de junio.
Augunas renunció a su habitación con una pequeña ventana que daba a una de las calles de Boderum Hill, un pintoresco barrio de Brooklyn, por la que pagaba 1.375 dólares (1.130 euros) al mes, para gastar 850 dólares (700 euros) al mes en un apartamento de tres habitaciones -una de las cuales convirtió en su oficina en casa-, y dos baños, con un patio, en la ciudad de Portland. Incluso después de comprar un coche, sus gastos mensuales totales son más bajos que su alquiler en la ciudad de Nueva York: “Los números son mucho más fáciles de asimilar. Maine hace que el concepto de propiedad de vivienda sea más asequible. Además, es un sitio mucho más seguro para capear la pandemia, porque ofrece más espacio y menos multitudes”, asegura la empresaria.
El éxodo californiano
Si la ciudad de Nueva York está sufriendo la estampida de cientos de miles de residentes, con el cierre de numerosas empresas y tiendas que han dejado notablemente despoblada la Gran Manzana, y donde en los últimos meses está acusando un declive incrementado por la inseguridad y la violencia en sus calles, California también está padeciendo su propio éxodo.
Cada vez es más común que los californianos abandonen el Estado Dorado - donde también hay un importante aumento de la delincuencia en sus calles, ocupadas, por otro lado, por una gran población de personas sin hogar -, para mudarse a Texas.
Ya sean familias, empresarios o millonarias empresas de tecnología, todos tienen en común la búsqueda de menores costos de vida y pago de impuestos. Aunque California es la economía más grande de Estados Unidos, también tiene el impuesto sobre la renta más alto de todo el país. Si California fuera un país independiente sería la quinta economía mundial, sin embargo, los incendios y constantes cortes de luz son un factor muy mencionado entre quienes deciden salir del estado.
“Con el dinero de un apartamento de dos habitaciones en California, puedes tener una casa gigante de cuatro o cinco habitaciones con un enorme patio trasero en Texas", señala Michael O´Conner, quien decidió abandonar San Francisco hace cinco meses para comenzar una nueva vida en Austin. Sus dos hijos pequeños, además “gozan ahora de más espacios al aire libre para jugar y tienen más tiempo para disfrutar de sus hobbies”, afirma O´Conner. Su primogénito, un estudiante de 21 años, no ha tenido problema para continuar sus estudios de manera online, con el campus universitario cerrado ahora por la pandemia.
Criar un hijo cuesta más de 32.000 dólares al año en California
Texas y California son dos de los estados más grandes Estados Unidos, tanto en términos de población como de geografía. El costo de vida puede variar significativamente entre condados o ciudades a nivel individual, sin embargo, el californiano promedio tiene costos de vida más altos que el texano promedio. Un adulto soltero de clase media podría mantenerse con unos 3.600 dólares al año en California, mientras que Texas lo haría con 2.900 dólares.
De acuerdo con Investopedia, una web referente en el análisis económico, criar un hijo en California cuesta más de 32.000 dólares al año, frente a Texas donde cuesta 25.000 dólares al año. Además, este último cuenta con servicios médicos más económicos. El precio de la vivienda es un 59% más alto en California que en Texas, y la diferencia es mayor cuando se trata de familias numerosas. No obstante, aunque es menos significativo, el Estado Dorado gana en el coste de transporte, ya que en Texas se gasta alrededor de un 10% más.
El Estado del Sol: buen clima y sin impuestos adicionales
El estado de Florida, donde prima todo el año un clima propio del Caribe, las playas de arena fina y aguas turquesas templadas son todo un reclamo, especialmente para los estadounidenses que residen en lugares con heladas temperaturas del invierno. El Estado del Sol ocupa el segundo lugar después de Texas en la reubicación de residentes durante la pandemia. En el último año, su población ha sumado más de 350.000 nuevos habitantes.
Desde California, recorriendo más cerca de 4.000 kilómetros de costa a costa, Susan Jones y su marido se mudaron al condado de Jacksonville, al norte del estado sureño, huyendo del foco de la pandemia y en busca de un mejor clima. Cuando se estudiaron las posibilidades de comprar una casa, no se lo pensaron dos veces y en menos de un mes, organizaron la mudanza. “Ya no nos compensaba la forma en que vivíamos en California y el cambio ha sido espectacular. Estamos encantados con nuestra nueva casa, con grandes ventanales, techos altos, la terraza acristalada, con la vista es fantástica al pantano, una vista para siempre".
Las ventas de viviendas se han duplicado en algunas zonas de Florida. El condado de Palm Beach, donde reside ahora el expresidente Trump, experimentó un aumento del 268% en los contratos de viviendas unifamiliares por valor de más de 1 millón de dólares en el mes de julio del año pasado. En otros condados, como el de Miami-Dade, gran parte de la ganancia anual se produce a precios más elevados.
El efecto Utah
El movimiento de los estadounidenses a lo largo del último año, también se ha dado en otros estados donde igualmente se valoran determinados aspectos que garanticen un mejor nivel de vida.
En la ciudad de Salt Lake, capital del estado de Utah, el costo de la vida es 49% menor que en San Francisco, 31% más económico que en Los Ángeles, 44% menos que en Seattle, 18% menos que en Dallas y 57% menos que en la ciudad de Nueva York.
La economía en este estado de hermosas laderas y montañas, conocido por albergar estaciones de esquí de fama internacional, que atrae la atención de miles de esquiadores de todo el mundo, es una de las más fuertes del país, acogiendo a importantes empresas y conglomerados tecnológicos.
Su estilo de vida, considerado uno de los más asequibles de Estados Unidos, y donde la tasa de impuesto sobre la renta estatal es del 5%, se presenta más que interesante para los desplazados en la era del Covid-19 que buscan la tranquilidad y la seguridad. No en vano, Utah se jacta de tener un alto nivel en este sentido, donde los delitos violentos son un 36% más bajos que el promedio de todo el país, e incluso puede presumir de un 80% menos de criminalidad en algunos condados y localidades del estado, en comparación con el resto de la nación.
“No he hecho nada diferente salvo mudarme. Tengo menos ansiedad”
En el caso de Rick Halstead, quien trabajaba en el sector de la aviación en Seattle (Washington), y su esposa Julie, se marcharon a Idaho, no sólo como resultado de la pandemia, sino también por los enfrentamientos violentos contra la policía que se desarrollaron como consecuencia de las protestas raciales: “Había cada vez más protestas y altercados que congestionaban el tráfico. Problemas de opioides, indigencia, delincuencia. Sentimos una invasión”, agregó.
Durante un par de semanas en junio del año pasado, “se impuso un toque de queda en su vecindario por razones de seguridad, helicópteros de la policía sobrevolaban en círculos y luego hubo un tiroteo”, recordaba contrariado.
“Llegar a Idaho ha sido como retroceder 15 años. Uno tiene la sensación de que en nuestro vecindario no hay problema con dejar las puertas sin cerrar a cal y canto. Hemos conocido a más vecinos en tres meses de los que conocimos en nuestro antiguo barrio en siete años”, apuntó Halstead.
La pareja ahora teletrabaja desde su nuevo hogar. Vendieron su casa de 20 años en la ciudad de Lynnwood, en Seattle, por 630.000 dólares (unos 520.000 euros). Compraron una casa nueva que es 55 metros cuadrados más grande, por 429.000 dólares (cerca de 353.000 euros) en Meridian, Idaho. “Es mucho más amplia, nueva y el pago de la casa es de 1.000 dólares menos al mes”, dijo animado, destacando que además su salud, también ha notado el cambio: “No he hecho nada diferente salvo mudarme aquí y mi presión arterial ha bajado 20 puntos, tengo menos ansiedad. Antes tenía la sensación de estar siempre en tensión”.