El hallazgo de una nueva cepa del coronavirus en Reino Unido ha vuelto a revolucionar Europa y parte del mundo. Tras conocerse la noticia, decenas de países cancelaban sus viajes con el país y el primer ministro británico, Boris Johnson, imponía en Londres y el sureste del país un confinamiento total.
Al principio saltaron todas las alarmas, pero a medida que han ido pasando las horas desde que salió a la luz la noticia de la nueva cepa, se han ido conociendo informaciones sobre sus características y su influencia en el país.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha querido mantener la calma informando de que por ahora no hay pruebas que demuestren que la nueva cepa de coronavirus detectada en Reino Unido sea "más mortal" o provoque una enfermedad "más grave".
"Estamos trabajando con científicos e investigadores para ver cómo se comporta el virus", ha dicho Tedros en una rueda de prensa, para insistir en la necesidad de frenar la transmisión del virus "lo más rápido posible", alertando de que cuando más se le permita diseminarse, "más probabilidades hay de que mute".
En este sentido, la doctora responsable de enfermedades emergentes y zoonosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove, ha informado de que lo que en la actualidad se ha observado, respecto a esta nueva cepa, es que sí parece que tenga una mayor transmisibilidad, si bien ha señalado que el Reino Unido está analizando todos los aspectos relativos a esta cepa.
"Por ahora no hay pruebas de que haya un aumento de la gravedad asociado a esta variante. Se está trabajando para estudiar la transmisión del virus y aumento de la misma para determinar cómo se transmite esta variante, pero todavía no sabemos que este virus vaya a cambiar su severidad o el valor de las vacunas", ha enfatizado el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan.
Esta nueva variante del coronavirus, denominada la VUI 202012/01, ha adquirido 17 mutaciones distintas. De esas 17 variaciones, 14 corresponden a cambios de aminoácidos y 3 a deleciones. La preocupación por esta nueva cepa se basa en la combinación de todas esas mutaciones juntas, ya que sí que se habían visto por separado, pero no todas unidas.
Víctor J. Cid, miembro de la Sociedad Española de Microbiología, asegura que "en esta variante inglesa hay varias mutaciones, cambios, que si la comparas con el SARS-CoV-2 de Wuhan afectan a la espícula, y donde cambian aminoácidos, zonas expuestas de la espícula. Como ésta reconoce la célula a infectar se teme, como se ha visto con otra mutación D614G [V2] , que invada mejor, algo que implicaría más transmisibilidad y más carga viral. Esto sí está demostrado con evidencias experimentales con la D614G, pero no aún con esta nueva variante inglesa", precisa.
Es más, señala que la única observación de los ingleses es que esta variante encontrada se ha extendido mucho y no se puede descartar que sea simplemente gracias a la existencia de 'supercontagiadores'. Pero, según cree, lo más lógico es que esta nueva variante se haya transmitido mejor, hasta un 70% mejor, algo que también conllevaría el desplazamiento de otras variantes del virus; "aunque como digo todavía no está demostrado", sostiene el microbiólogo.
Con esta variación, aunque todavía tampoco está demostrado, también podría suceder que el virus cambie sus preferencias y ahora se decante por otros tejidos del cuerpo. "En los casos graves, el SARS-CoV-2 invade el pulmón y causa la neumonía bilateral, pero en los casos leves, no llega al pulmón porque tiene afinidad por las mucosas de las vías respiratorias altas. Si esto cambia, o si fuera una mutación que despista a la inmunidad innata y fuera más virulenta, podría suceder que aumentara su virulencia. Pero hay que subrayar que no se ha visto en la mutación anterior de marzo (D614G, simplemente más contagiosa), ni en ésta tiene pinta de que ocurra", agrega.