Hace una semana que las tropas de Vladimir Putin invadieron Ucrania, que sacudieron un país a fuerza de armas, sembraron el miedo entre los ciudadanos y paralizaron la vida de quienes todavía hoy no pueden creer lo que está sucediendo. Pero hay que seguir. A duras penas y bajo tierra, en sótanos mal alumbrados, al refugio de la incesante lluvia de misiles que no cesa ni en Kiev ni en otras grandes ciudades ucranianas.
Según los datos de UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, unas 80.000 mujeres ucranianas darán a luz en el país en los próximos tres meses. Otras muchas ya lo han hecho. Dando la bienvenida a sus pequeños en medio de la completa destrucción provocada por el ser humano. En lo que queda de los centros sanitarios, que a duras penas, y sin poder garantizar la seguridad de sus pacientes, siguen funcionando.
El último informe de UNFPA, recogido por El Correo, detalla que en las últimas noches se han sucedido más de 80 nacimientos en Kiev, bajo la precariedad de la guerra. El mismo organismo informa de que ya se han reportado casos de mujeres que han fallecido en el parto.
Vienen al mundo, sin ser consciente de qué es lo que les rodea. Otros niños, los que son un poco más mayores, están empezando a sufrir esa cruda realidad en sus propias carnes, al ser testigos de una guerra que no entienden, pero que les ha truncado la vida. «Muchos niños y niñas han resultado heridos y muchos más están profundamente traumatizados por la violencia que les rodea», denuncia la agencia de Naciones Unidas. Son las grandes víctimas, inocentes, de la guerra desatada por los de Vladimir Putin.
Un total de 500.000 niños se han convertido en refugiados en una semana de guerra en Ucrania, según ha alertado UNICEF, que advierte de los "riesgos crecientes" para los menores a medida que se intensifica el conflicto en las zonas pobladas del país. "El uso de armas y artefactos explosivos en las ciudades podría convertir rápidamente esta crisis en una catástrofe para los niños de Ucrania", avisa el director regional de UNICEF para Europa y Asia Central, Afshan Khan.
Según recuerda la organización de infancia, desde el 24 de febrero, 17 niños han muerto y 30 han resultado heridos, según los informes que Naciones Unidas ha podido verificar, pero advierte de que es probable que el número real de víctimas infantiles sea mucho mayor.
Además, la ONG señala que el conflicto también ha provocado un "desplazamiento masivo" de población y que pronto podría convertirse en "una de las mayores crisis de refugiados de Europa desde la Segunda Guerra Mundial". En concreto, precisa que medio millón de niños ya han huido de Ucrania a los países vecinos y el número de refugiados sigue creciendo. Además, cientos de viviendas han resultado dañadas o destruidas y hay informes de escuelas, orfanatos y centros de salud que han sufrido graves daños.