Conducir un coche les ha costado casi de 30 años de lucha. El freno de mano saudí aseguraba que corrían el riesgo de lesionarse los ovarios y tener hijos con problemas. 30 años para ponerse al volante sin acabar aparcadas en la cárcel. Con el fin de esta prohibición han llegado las profesoras de autoescuela y las primeras inspectoras de tráfico, porque la marcha que no cambian es que las mujeres siempre deben estar separadas de los hombres en el trabajo, en los restaurantes, nada de compartir espacio ni contacto físico ni hablar con desconocidos.
Por eso las mujeres saudíes quieren acelerar en muchos más derechos. Siguen estando tuteladas por hombres, el marido o un familiar varón, deben autorizarlas para casi todo, desde estudiar, trabajar hasta viajar. Deben llevar poco maquillaje y siempre estar cubiertas. En las tiendas no se pueden probar la ropa y para poner una demanda necesitan 6 testigos varones. Llegar a Conducir sus vidas parece una utopía pero al menos hoy en el reino ultraconservador han adelantado hacia la igualdad.