Se llama Rani Khan. Tiene 34 años y es la primera mujer transgénero que abre una madrasa en Paquistán. Las madrasas son las escuelas religiosas donde se estudia el Corán.
Pese al fuerte sentimiento religioso imperante en el país, Rani quiere que cunda el ejemplo. "Le digo a mis amigas que hagan lo mismo que he hecho yo y se acerquen a la buena vida". La buena vida es la que está prohíbida para las personas transgénero, que sufren del rechazo de la sociedad y de sus familias y se ven obligadas a mendigar, bailar en espectáculos o prostituirse.
Con su madrasa, Rami espera que la comunidad transgénero avance en la integración en su país y que puedan reconciliar sus creencias religiosas con su identidad personal.