Tee Bartlett estuvo pensando durante años que usar dos tampones a la vez cada menstruación era normal. No fue hasta los 16 años que descubrió que había algo distinto en su cuerpo: tenía dos vaginas.
Tee Bartlett, de Hunter Valley, Nueva Gales del Sur, nació con dos vaginas. Hasta que a los 16 años no le dijo a su madre que tenía dos aberturas pensó que todo era normal en su cuerpo.
Cuando su madre la llevó al médico le diagnosticó un tabique vaginal. Es decir, tiene la vagina dividida en dos.
El tabique vaginal se origina cuando el sistema reproductor femenino no se desarrolla completamente, dejando una pared divisoria de tejido en la vagina.
La joven que ahora tiene 24 años descubrió que algo era distinto en su cuerpo cuando siendo una adolescente le preguntó a su madre cómo debía ponerse el tampón correctamente y vio la expresión del rostro de su madre.
Estaba en una conversación con una amiga y su madre, cuando preguntó: “En qué agujero se suponía que debía entrar un tampón, el izquierdo o el derecho”.
Al principio, cuenta la joven en declaraciones al diario Daily Mail, la madre le dijo que no había dos hoyos y discutieron mucho. Finalmente, la convenció para ir al médico.
Tee explica que inicialmente, los doctores la hicieron sentir mal y empezó a pensar que estaba loca. Hubo un doctor – ha contado- que llegó a echarla de la consulta. “Empezaba a dudar de mi misma”.
A pesar de todo, la joven buscó más opiniones médicas. Finalmente, un ginecólogo le diagnosticó un tabique vaginal y le advirtió que su doble vagina probablemente haría que las relaciones sexuales y el parto fueran difíciles y potencialmente peligrosos. A los 17 años, Tee se sometió a una cirugía para extirpar el tabique.
“Mi pared era demasiado gruesa y era tan larga como un dedo justo antes de mi cuello uterino. Aparentemente, el tabique vaginal se supone que debe disolverse pero el mío nunca se disolvió. Era un poco más grueso y más largo de lo normal, por eso tuve que operarme”, ha explicado Tee.
Tee decidió contar lo que le pasaba en redes sociales y muchas otras mujeres le confesaron que sufrían una particularidad parecda. “Lo más loco de publicarlo es la cantidad de chicas que han comentado que tienen problemas similares. Y no se dieron cuenta de que no era normal”.
“Me alegro de no ser la única persona. Honestamente pensé por un tiempo que tal vez era un idiota por no darme cuenta de que no se suponía que tuvieras dos cavidades allí”, sentencia.