El suceso tuvo lugar en Yaroslavl, Rusia, y de milagro no acabó en tragedia. Concretamente, se produjo en un paso de cebra, justo en el momento en que varias personas se disponían a cruzar. Al frente de todas ellas iba una mujer, con paso decidido hasta que, de repente, un semáforo que se desprendió desde lo alto de su cabeza estuvo a punto de aplastarla. Se libró por escasísimos centímetros. Ni siquiera lo vio venir. Solo se inmutó una vez el semáforo golpeó el suelo, cuando, ya rozando sus pies, hubo de esquivarlo para proseguir su camino tan tranquila, como si no acabase de salir ilesa de un suceso que podría incluso haber acabado con su vida.
El fuerte viento fue la causa del siniestro, que afortunadamente, como recogen las imágenes, no ha dejado ningún herido.