Dos muertos por disparos en dos ciudades de Siria, según un grupo opositor

AGENCIA EFE 29/05/2011 15:16

La mujer, de Talbisa, murió tras ser ingresada en un hospital en la ciudad de Homs y la niña falleció por los impactos de bala mientras viajaba en un microbús en Al Roston, según este grupo opositor.

El grupo denunció, además, que continúan las detenciones y los disparos en Talbisa, donde 26 de los heridos ocurrieron, y que se escuchan disparos cerca del centro.

Además, explica que en la ciudad de Al Roston, al menos cinco personas han sido heridas mientras se escuchan disparos esporádicos.

Ambas localidades, sobre las que sobrevuelan al menos cuatro helicópteros, según la misma fuente, se encuentran en la carretera que une las ciudades de Homs y de Hama.

En la localidad de Duma, a las afueras de la capital, se organizaron anoche manifestaciones en protesta por la muerte de un menor de trece años en la población de Yiza, en la provincia de Deraa.

La muerte de este niño ha provocado los sentimientos de los manifestantes y en Facebook se han abierto varias páginas web bajo el título "Todos somos el mártir Hamza Ali al Jatib".

En ellas denuncian que Al Jatib fue brutalmente torturado por las fuerzas de seguridad, que lo detuvieron el pasado 29 de abril, y cuyo cadáver entregaron el pasado viernes a su familia.

El grupo opositor La Revolución Siria, por su parte, ha convocado para mañana "el día internacional de la quema de fotos del asesino", en referencia al presidente sirio Bachar al Asad, en protesta por los asesinatos, la represión y la opresión, y por la libertad y la dignidad.

En la convocatoria, difundida en la red social de Facebook, se muestra un cartel con la imagen de Al Asad ardiendo.

Según el recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un total de 910 civiles y 160 miembros del Ejército y de las fuerzas de seguridad sirias han perdido la vida desde que estallaron las protestas contra Al Asad, el pasado 15 de marzo.

Esta ONG denunció en su página web que siete cadáveres han sido entregados a sus familiares en Deraa, todos con claras señales de haber sufrido torturas.

Estas versiones de ONG y de activistas de la oposición no han podido ser contrastadas independientemente por el férreo control de la información impuesto por el régimen de Al Bachar.

El gobierno ha expulsado del país a varios periodistas extranjeros y ha detenido o impedido trabajar a reporteros que trabajan para medios internacionales.