Todo sigue abierto en la investigación sobre la muerte de la modelo, presentadora y exconcursante de ‘Gran Hermano 6’ en España, Natacha Jaitt. Su cuerpo sin vida fue hallado en el salón de eventos Xanadú por circunstancias que aún arrojan multitud de incógnitas.
Según Raúl Velaztiqui Duarte, el empresario y productor que acudió con la argentina al citado establecimiento, en ningún momento la vio “consumir”, una de las hipótesis que desde el primer momento planean sobre el caso: que su muerte fuese provocada por la excesiva ingesta de alcohol y drogas. Durante su declaración ante las autoridades, el productor recalcó que el motivo por el cual se reunió con la presentadora era el de organizar un campeonato de hip hop en el lugar, es decir, por negocios. “Yo soy un hombre de bien, de trabajo. No fui a una fiesta de drogas, de alcohol y prostitución”, aseguró, apuntando que al llegar había dos personas más que no conocían. A ellos tampoco les vio consumir ninguna sustancia, dijo, reconociendo sin embargo que hubo “15 minutos” en los que perdió de vista a Natacha, momento en que "pasó todo". Declaraciones que le han conducido directamente al arresto por presentar numerosas contradicciones: primero, porque las imágenes recogidas por las cámaras sí aportan evidencias de que hubo consumo de alcohol y drogas, con botellas tiradas por las mesas. Segundo, porque también cometió contradicciones al referirse a la posición del cuerpo de la víctima, así como a la ubicación del móvil de ésta.
La investigación está rodeada de polémica. La propia Natacha había llegado a pronunciarse a través de un tuit en el que aseguraba que no iba a suicidarse. “No me voy a pasar de merca (droga) y ahogar en una bañera. No me voy a pegar un tiro, así que si eso pasa, no, no fui”, escribió en abril del año pasado.
Recientemente, la modelo había manifestado sentirse “agotada mentalmente”, con varias denuncias por interponer, como ha explicado su abogado, Alejandro Cipolla, que desde el primer momento ha señalado a la posibilidad de que su cliente haya sido asesinada.
No solo eso. Según Luis Ventura, periodista y amigo, Natacha temía por su vida. "Me habló de su ex pareja, de las mafias que la estaban persiguiendo, del poder que la estaba acorralando y de un montón de gente. Vi vídeos donde un hombre termina acribillado por 33 disparos, muerto en la puerta de su casa. No estaba jugando con bebés de pecho", ha manifestado, defendiendo por todo ello haber publicado en las redes la foto del cadáver de Natacha. Una reacción que califica de instintiva, pero que difundió considerando que debía denunciarlo y que podía ayudar a los investigadores. Lo hizo, dice, porque la propia Natacha le “pidió” desvelar todo lo que tuviera en caso de que le pasara algo, tal como recoge Infobae.
Nacida en Benavídez, Argentina, Natacha era hija de Aliza Mariani y Alberto Jaitt. Este último, con el que mantenía un gran vínculo, falleció en 2017 a los 90 años. Con su madre, sin embargo, y especialmente tras la separación del matrimonio, siempre estuvo distanciada, una circunstancia que ahonda ahora en el dolor que su progenitora siente tras su muerte.
Estaba “preocupada” por ella y la forma en que procedía ante los medios, recoge Infobae. Ahora lidia con el duelo entre noticias que indagan en las circunstancias más escabrosas que la rodeaban y pudieron precipitar su muerte. “A medida que pasan los días es más duro el dolor”, dice, en declaraciones al citado medio.
Según expresa, hablaban mucho con ella “sobre sus impulsos y su forma de manejar el dolor ante la injusticia”, reconociendo preocupación ante las “mafias y entretelones que hay detrás de sus denuncias”.
Así mismo, asegura que Natacha sabía que no podía consumir drogas, debido a la medicación que recibía, por lo que, al igual que los hermanos de la argentina, apunta a que alguien la hubiera instigado al consumo; que alguien la hubiese matado. “Había una intención de decir: ¡Basta, saquémosla de encima”, afirma, en declaraciones recogidas por Infobae.
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