Kristen McMullen, una mujer de 30 años de West Melbourne Florida, ha fallecido por coronavirus pocos días después del nacimiento de su hija. La joven, que siempre quiso tener una gran familia, solo pudo sostener a su bebé unos minutos antes de que la ingresasen en la UCI.
Tres semanas antes de tener que dar a luz, Kristen McMullen se infectó de coronavirus. El 21 de julio, tuvieron que ingresarla por neumonía en el hospital, donde estuvo cuatro días antes de que le diesen el alta con antibióticos. En menos de 48 horas, el 26 de julio, tuvo que regresar al centro médico. No podía respirar y estaba preocupada por su bebé.
El día 27, los médicos le practicaron una cesárea de emergencia. La joven pudo sostener durante algunos minutos a su hija recién nacida, Summer Reign, según cuenta su tía Melissa Syverson en una publicación de GoFundMe que ha creado para recaudar dinero para la familia.
La joven se hizo un par de fotos con su hija y después ingresó en la UCI, donde durante algunos días pudo ver a la bebé por videollamada. Días después, Kristen McMullen falleció, según publica Florida Today.
Su familia no se explica cómo una joven sana no pudo recuperarse de la covid-19. Su tío, James Syverson, ha dicho a NBC News, que pensaban que la joven, que siempre quiso ser madre, simplemente, pasaría el virus y volvería a casa dado que era joven y no tenía otros problemas de salud.
No fue así, por eso desde la familia, que no han especificado si McMullen estaba o no vacunada, alertan del riesgo que tiene para las embarazadas el coronavirus y advierten de la importancia de tener precaución ante el virus.
Por su parte, la OMS ya incluye a las embarazadas como grupo prioritario de vacunación contra el coronavirus. También desde los CDC pueden desarrollar una enfermedad grave o tener un parto prematuro.
En España, la Comisión de Salud Pública, integrada por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, y la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), recomiendan que las mujeres embarazadas lleguen "completamente vacunadas" al periodo de máximo riesgo de complicaciones en caso de infección, es decir, finales del segundo trimestre y tercer trimestre del embarazo.
La Estrategia de Vacunación considera desde su elaboración la posibilidad de vacunar a las mujeres embarazadas debido al mayor riesgo sobre todo aquellas con determinados factores de riesgo asociados a enfermedad grave (edad materna avanzada, mayor masa corporal, hipertensión arterial crónica, preeclampsia y la diabetes preexistente.
En la actualización 7 de la Estrategia, se acordó recomendar la vacunación a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia con vacunas de ARNm cuando les correspondiera según el grupo de priorización al que pertenecieran. Esta recomendación se realizó tras haberse publicado en Estados Unidos una revisión de los datos disponibles sobre seguridad de la vacunación correspondientes a casi 40 mil mujeres embarazadas que recibieron vacunas de ARNm.
La serie más amplia que recoge el trimestre de vacunación no encontró un patrón específico de anomalías congénitas independientemente del momento de vacunación; sin embargo, la Comisión de Salud Pública reconoce que "la evidencia disponible es aún limitada". "Tampoco se dispone de información que relacione el momento idóneo de vacunación de la embarazada y la mayor protección conferida al recién nacido", admiten.
En cualquier caso, Sanidad apunta que "parece que el riesgo de complicaciones afecta no sólo al tercer trimestre sino también a las fases finales del segundo trimestre". "En este momento, es especialmente necesario recomendar la vacunación de las mujeres embarazadas para disminuir el riesgo de complicaciones, tanto para la madre como para el neonato", insisten.
En este sentido, defienden que la vacuna "evita complicaciones durante el embarazo, especialmente, si existen factores de mayor riesgo como pueden ser obesidad, edad mayor de 35 años, hipertensión arterial, diabetes o preeclampsia". Además, aclaran que "no existe contraindicación para la vacunación en ningún trimestre del embarazo".
Por ello, instan a "priorizar la vacunación de las mujeres embarazadas por su mayor riesgo frente a la COVID-19, fomentando estrategias de captación específicas para mujeres embarazadas". Estas recomendaciones recogen que las vacunas elegidas para la vacunación de las embarazadas deben ser de ARNm, independientemente de la edad de la gestante.
De la misma forma, animan a que las personas del entorno de la embarazada estén "correctamente vacunadas" y que tanto embarazadas como convivientes limiten al al máximo los contactos, usen mascarilla, se laven las manos, ventilen los espacios, mantengan la distancia interpersonal y eviten las aglomeraciones.
Si se está planificando un embarazo, Sanidad y comunidades autónomas ven "conveniente completar la vacunación antes". No obstante, dicen que se "puede consultar el mejor momento para vacunarse con su profesional sanitario".