Muere un joven tras ser infectado por larvas parasitarias que le provocaron múltiples quistes en el cerebro

Informativos Telecinco 28/03/2019 19:21

Cuando llegó al hospital sabía que algo grave estaba pasando, pero ni él ni sus familiares tenían idea de la terrible magnitud que alcanzaba lo que estaba sufriendo. Oirundo de la India, un joven de 18 años, acompañado por sus padres, se presentó ante los médicos con un cuadro complejo de afecciones: la ingle derecha le dolía desde hacía una semana, tenía convulsiones, el ojo derecho hinchado y sensibilidad en el testículo derecho, como confirmó el primer examen físico. Todo en el mismo lado. Y no podía ser casual.

Dados sus síntomas, los médicos procedieron inmediatamente a realizarle una resonancia magnética a través de la cual poder examinar también su cerebro. Fue esto lo que confirmó la peor noticia: presentaba numerosas lesiones quísticas en toda la corteza cerebral, el tronco encefálico y el cerebelo. Todas ellas compatibles con la neurocisticercosis, tal y como recoge el informe médico publicado por The New England Journal of Medicine.

Provocada “al comer carne mal cocinada, sobre todo de cerdo, al beber agua contaminada por huevos de tenia o por malas prácticas higiénicas”, la neurocisticercosis es “una infección parasitaria prevenible del sistema nervioso central, causada por la tenia porcina (T. solium)”, tal como indica la Organización Mundial de la Salud.

La causa de epilepsia más frecuente en el mundo

“Las larvas de T. solium, que se denominan cisticercos, pueden afectar los tejidos (cistercosis humana)”. “Se pueden desarrollar en los músculos, la piel, los ojos y el sistema nervioso central. La formación de quistes en el cerebro se conoce como neurocisticercosis, y puede producir cefaleas graves, ceguera, convulsiones, epilepsia y muerte”. Exactamente lo que le estaba sucediendo al paciente de la India, que acabó falleciendo a los dos semanas de acudir al hospital.

Como refiere el informe médico, el tratamiento con medicamentos antiparasitarios puede empeorar la inflamación y el edema cerebral, y además, ante lesiones oculares, esa inflamación podría llevar a la pérdida de visión. Es por eso por lo que no se le administraron medicamentos antiparasitarios, y en su lugar le trataron con dexametasona, –que actúa como antiinflamatorio e inmunosupresor, y medicamentos antiepilépticos. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, la enfermedad, que es “la causa prevenible de epilepsia más frecuente en el mundo” y se encontraba ya en su forma más grave, acabó con su vida.

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