Reino Unido está conmocionada por el caso de una enfermera fallecida a causa de un cáncer de ovarios que se complicó por una serie de errores que cometieron los médicos con los que ella trabajaba en el Hospital Wrexham Maelor, en el norte de Gales.
Catherine Jones, de 35 años, se sometió a una cirugía en 2013 para eliminar el quiste del ovario que podía dar problemas. Si el proceso se hubiese hecho de una manera correcta, en ese momento se hubiese comprobado que el quiste era potencialmente cancerígeno. Gracias a una biopsia, se hubiese procedido a una operación y tratamiento posteriores. Esto no ocurrió y la mujer fue dada de alta.
El cáncer volvió tres años después, en 2016, y Jones supo cuando fue ingresada de urgencia que el tumor estaba muy extendido. La enfermera fue entonces sometida a una histerectomía, una cirugía para extirpar el útero. Tras la operación, se le volvió a comunicar que estaba libre de la enfermedad. Era otro error y Catherine moría unos meses más tarde.
Desde que su fallecimiento ocurriera, su marido David no ha parado de investigar todo lo ocurrido. Según recoge el diario británico 'DailyMail', él le prometió que averiguaría la verdad y así ha sido. "Se le privó de su futuro y no tendría que haber sufrido. Debería estar celebrando su 40 cumpleaños esta semana pero el hospital para el que trabajaba le falló".
Durante estos años, Dave ha conseguido presentar al centro hospitalario un extenso informe con todos los errores que cometieron en el caso de su esposa. Finalmente, el hospital ha admitido las acusaciones de negligencia en el caso de Catherine Jones.