Según informa el diario Daily Mail, Vicky ha fallecido después de consumir hasta 330 raciones de alcohol a la semana, incluyendo vodka para desayunar y cinco botellas de vino al día. El pasado mes de julio una insuficiencia hepática pudo con su vida.
Su pareja, Steve Hough, ha hecho pública su historia para concienciar a todos sobre este grave problema. “Ella no quería beber”, explica, “trató de parar pero simplemente le controlaba”.
"Ella empezó a beber de nuevo dos semanas antes de su muerte y se negó a tomar su medicación”, cuenta su pareja, “sabía por experiencia que tratar de detenerla la haría peor”.
Vicky comenzó a beber con trece años, en el parque, con los amigos. A los 18 años ya bebía todos los días. Ya no pudo parar, ni siquiera estando embarazada.
En los últimos años su alcoholismo se intensificó, llegaba a beber media botella de vodka para desayunar. Ni siquiera cuando los médicos le advirtieron del daño que la bebida estaba provocando en su hígado y sus riñones fue capaz de dejarlo.