Una modelo rusa, Yulia Tarasevich, se sometió a varias operaciones estéticas por valor de más de 3.000 euros hace un año para corregir algunas imperfecciones de su cara. Sin embargo, los procedimientos no salieron bien y la mujer, de 43 años, acabó con el rostro desfigurado.
La mujer, que quedó en un segundo puesto en el concurso de belleza Miss Rusia hace dos años, explicó a través de su cuenta de Instagram que se había sometido a diversas cirugías en su rostro que le habían dejado diversas secuelas, como la imposibilidad de sonreír o de parpadear con normalidad.
"No puedo levantar el labio superior y una parte de mi cara no funciona en absoluto", declaraba la modelo a Daily Mail.
Su cara se hinchó e inflamó después de las cirugías, que incluían un lifting facial, una blefaroplastia (corrección estética de los párpados) y una liposucción.
La mujer llegó a la intervención sin miedo, pues ya se había sometido anteriormente a una rinoplastia en la que no había habido complicaciones, por lo que espera que no hubiera problemas en esta intervención.
Sin embargo, tras los procedimientos en una clínica de Krasnodar, al sur de Rusia, la mujer vio cómo su rostro se desfiguraba.
Yulia se ha recuperado ya de las operaciones, pero no puede mover demasiado la cara ni cerrar los ojos, y se ha gastado más de 20.000 euros en intentar corregir el daño que ya estaba hecho.
Ahora, Tarasevich ha interpuesto una denuncia penal contra los dos médicos que le realizaron la operación, aunque estos afirman que se trata de un defecto genético.