Los ciudadanos de África Subsahariana, Sudamérica y Asia huirían de sus países a causa de la sequía, las malas cosechas y el aumento del nivel del mar, lo que generaría una crisis humanitaria que pondría en riesgo el proceso de desarrollo.
Estos "migrantes climáticos" se sumarían a los ya desplazados por motivos económicos, políticos y religiosos. Sin embargo, si el calentamiento global no supera los límites establecidos en el Acuerdo de París, el número de futuros emigrantes podría disminuir hasta los 40 millones.
"Tenemos una pequeña oportunidad antes de que los efectos del cambio climático se intensifiquen, de preparar el mundo para esta nueva realidad", ha puntualizado la directora general del Banco Mundial, Kristalina Georgieva.
Para esta preparación, el informe ha señalado que sería necesario crear una economía menos vulnerable al cambio climático, ayudar a los agricultores a adoptar nuevas técnicas y construir infraestructuras urbanas más resistentes a las tormentas, la subida del nivel del mar y las inundaciones.
En el peor caso, más de 85 millones de personas se desplazarían de África Subsahariana en 2050, 40 millones emigrarían del sur de Asia y 17 millones dejarían Sudamérica. "Esta situación no supondrá una crisis si lo planeamos desde ahora", ha añadido Georgieva.
El informe ha detallado que para evitar el peor escenario posible habría que reducir las emisiones de gas, invertir en I+D para controlar la futura situación migratoria y desarrollar un plan de migración climática.