El MH17 fue derribado sobre territorio controlado por las fuerzas separatistas prorrusas en el este de Ucrania cuando realizaba el vuelo entre Ámsterdam y Kuala Lumpur. Las 298 personas que viajaban a bordo, en su mayoría holandeses, fallecieron.
Un equipo de investigadores internacionales dijo el jueves que el sistema de misiles Buk usado para derribar el avión de pasajeros procedía de la Brigada Aerotransportada 53, con base en la ciudad de Kursk, en el oeste de Rusia. Países Bajos y Australia han señalado formalmente a Rusia como "responsable".
"Claro que no", ha respondido Vladimir Putin tajante al ser preguntado por estas conclusiones en el marco del foro económico que se celebra estos días en San Petersburgo, según informa la agencia de noticias rusa Sputnik.
"Existen varias hipótesis de lo que ocurrió allí", ha recordado, "incluida una que dice que era un misil del Ejército ucraniano", pero "nadie las tiene en cuenta".
En cualquier caso, ha recalcado que "Ucrania no cumplió con los compromisos adquiridos con la Organización de Aviación Civil Internacional y no cerró el espacio aéreo sobre el territorio donde se llevaban a cabo las hostilidades".
"No tenemos el pleno acceso a la investigación y, por eso, no tenemos motivos para confiar en sus resultados", ha zanjado el jefe del Kremlin.