El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ha ordenado la instalación de vallas de tres metros de altura en el perímetro del Palacio Presidencial ante la manifestación feminista del próximo 8 de marzo en Ciudad de México.
El Gobierno pretende evitar imágenes de disturbios como los que se perpetraron en la última marcha feminista celebrada en la capital del país el pasado 28 de febrero, en la que se quemó la puerta del edificio y grupos de mujeres violentas destrozaron coches y prendieron fuego al mobiliario urbano. "En esta ciudad no se reprimen las manifestaciones sociales, pero tampoco podemos permitir que se agreda a otros ciudadanos", ha dicho Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital.
La mandataria ha criticado las agresiones a las policías durante las protestas feministas anteriores y ha acusado que se ha buscado “denostar” a las corporaciones policíacas, pero instruyó a las agentes a que se limitaran a la contención y que evitaran la represión. “El abuso policial no va con nosotros ni con la Policía de Ciudad de México”, ha agregado.
Lo cierto es que los feminicidios aumentaron en México casi un 130% entre 2015 y 2020. Los críticos al Gobierno achacan la decisión de erigir estas barreras de casi tres metros, a la apatía, dicen, de López Obrador hacia la violencia que sufren las mexicanas. Según datos oficiales, al menos 939 mujeres murieron asesinadas por sus parejas o ex parejas en México solo el año pasado.