El estallido se ha producido al paso de una procesión y que le ha costado la vida a diez hombres y una mujer. Debido a la magnitud de la explosión, no se descarta que el balance varíe en las próximas horas a tenor del estado de los cadáveres. Así pues, el gobernador de Tlaxcala ha confirmado la cifra de 11 muertos y 70 heridos tras el primer análisis realizado por los forenses de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). El Ejército mexicano ha acordonado la zona, así como efectivos sanitarios de la Cruz Roja y de la Secretaría de Salud.
"Inmediatamente tuve el apoyo del Gobierno federal y hablaron conmigo los titulares de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ossorio Song; de la Coordinación Nacional de Protección Civil, los directores generales del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado para poner a disposición los hospitales de Puebla (el estado vecino de Tlaxcala) y del Distrito Federal en caso de que fuera necesario", ha señalado González Zarur en una rueda de prensa.
En un principio, el Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata había elevado dicho balance a quince fallecidos y más de un centenar de heridos, según informaron medios locales. No es la primera ocasión que se registran este tipo de incidentes en procesiones religiosas, donde abundan los fuegos artificiales y el uso de material pirotécnico y que habitualmente se saldan con varios heridos.