45 ataques al día. Es lo que han sufrido los niños de las zonas de conflicto de todo el mundo desde 2010. Unicef alerta en un informe de que los asesinatos, violaciones y secuestros a menores se han triplicado en lo que ya denomina la década más mortífera.
Son los más pequeños y, sin embargo, los niños son los grandes afectados en las zonas de conflicto. Están indefensos y sufren las peores consecuencias. Esta ha sido una década fatal para ellos, según el último informe de UNICEF, que cifra en 170.000 las atrocidades que han sufrido los niños desde 2010, una media de 45 agresiones cada día, muchas de ellas mortales.
Bombardeos que no respetan escuelas, ni hospitales infantiles; menores utilizados como arma, inconscientes de que el chaleco que llevan acabará con su futuro o reclutados en ejércitos que dicen luchar por sus vidas y que solo acaban con ellas.
También secuestros como el de las niñas de Boko Haram. Ya han pasado cinco años y aún no se sabe nada de más de un centenar de ellas. Son víctimas directas de las guerras: mutilados, violados y asesinados continuamente.
Los niños en las zonas de conflicto sobreviven en las calles... sin techo, sin comida, y millones de ellos sin escolarizar. Una vida demasiado dura y demasiado corta para unos niños que solo deberían jugar.