La Policía Metropolitana recibió un aviso a las 2:32 horas del viernes 1 de junio por el Servicio de Ambulancias de Londres, que informaba de que una mujer residente de Neasden Lane no respondía a las llamadas, según expresan en un comunicado.
Había sido el propio Campeanu quien les había alertado 6 minutos antes del asesinato de su mujer. A través de un intérprete, informó de que Andra estaba muerta y cuando le preguntaron el porqué, respondió: "Está muerta. La maté". Además, especificó que lo hizo con unas tijeras.
Cuando los agentes llegaron al lugar del crimen a las 2:39 horas, encontraron el cuerpo sin vida de Andra en el baño, y Campeanu confesó haberla matado dos horas y media antes, tras lo que se habría ido a dar una vuelta por el vecindario antes de regresar. La atacó a ella y al feto, de unas 30 semanas, con unas tijeras.
"Este fue el último acto de brutalidad de Campeanu contra Andra después de meses y años de violencia doméstica. Atacó a una indefensa Andra y su hijo por nacer y le clavó un par de tijeras en el cuello. Luego los dejó morir a ambos mientras iba de paseo, deliberadamente sin pedir ayuda durante más de dos horas, asegurándose cruelmente de que tanto Andra como el niño que ella llevaba estaban muertos", ha dicho el inspector detective Jamie Stevenson, del Comando de Homicidios y Crímenes Mayores del Met que dirigió la investigación.
Los agentes le detuvieron y, una vez en comisaría el 2 de junio, el acusado no contestó a las preguntas de la Policía. No obstante, este mismo día fue acusado del asesinato de Andra y de su bebé.
El 21 de diciembre los tribunales le han declarado culpable, hecho por el que se le condenará el 10 de enero. Entre otras pruebas, la autopsia reveló la causa de la muerte: una puñalada en el cuello.
Además, se supo que Campeanu y la víctima habían consumido cocaína antes del ataque fatal. Por otro lado, hallaron marcas superficiales alrededor de los genitales de Andra, evidencia de una "intención de destruir la vida de un niño". No obstante, el feto murió debido a la falta de oxígeno después de la muerte de su madre.
Además, a pesar de que no existían denuncias, varios testigos han declarado que Campeanu maltrataba de forma habitual a Andra y la amenazaba.
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