Una masacre más
Había pasado los tres años anteriores a la expulsión amenazando a sus excompañeros, mostrando las armas que tenía en su casa. Incluso en alguna ocasión las llevó al Instituto. Sus ex compañeros dicen hoy que “ todo el mundo sabía que Nick Cruz podía causar una matanza”.
Según el NYT el joven era “problemático”. El colegio asegura que “buen estudiante, pero muy reservado, raro, no tenía amigos”. Su madre murió el año pasado. Su padre había muerto años antes. Él y su hermano se habían ido a vivir con una familia amiga.
Nadie dio la voz de alarma. El joven había dado señales repetidas de que era violento, tenía problemas mentales, pero nadie prestó atención. Del instituto le expulsaron, nunca denunciaron a los servicios sociales de lo que pasaba con el joven. Y Nick regresó a su instituto, hizo saltar las alarmas para confundir a los profesores – que pensaron se trataba de un simulacro- y comenzó a disparar indiscriminadamente.
Se trata del tercer tiroteo en un colegio en Estados Unidos desde que empezó el año. La tercera peor matanza en un instituto desde 2012 ( fecha en la que se empiezan a contabilizar estos sucesos). Desde ese año han sido asesinados 121 menores de edad en sus colegios, más de 439 heridos como resultado de 273 tiroteos desde entonces.
Y otra vez el debate de las armas, y otra vez la Segunda enmienda y el derecho a portar armas en Estados Unidos. En el caso de Florida, además está prohibido tener un registro de armas, aunque aquellas familias que tienen menores de edad en casa tienen la obligación de tener esas armas guardadas bajo llave.
Pero lo cierto es que el incremento de la violencia en Estados Unidos es una realidad. Las cifras son espeluznantes. El Presidente Barak Obama lo dejó muy claro: hay un problema de violencia y hay un problema de salud mental. El 60% de los muertos por arma de fuego al año en Estados Unidos son suicidios.
Personas que se quitan la vida y que a juicio del Presidente Obama necesitaban un tratamiento médico. Por ello puso en marcha el Plan Nacional de Salud Mental. Si ese plan hubiera funcionado, el joven asesino de ayer en Florida quizá nunca hubiera cometido la masacre. O sí.
Del 40% restante de los muertos por arma de fuego al año en Estados Unidos, los homicidios en general se centran en las grandes ciudades como Chicago, la de mayor crecimiento de la violencia en los últimos años. Según los datos oficiales desde que comenzó el año en Chicago 249 personas han resultado heridas por arma de fuego. La violencia es tal que el Chicago Tribune tiene una página dedicada a ello y que actualiza semanalmente.
Y en último lugar llegan las masacres. Los asesinatos masivos como el último vivido en Florida (excluyendo los asesinatos por motivos de terrorismo). Cada vez los asesinos son más jóvenes, conocían a sus víctimas y en las de la mitad de los casos había señales claras de alarma en el comportamiento. Según un informe publicado por el semanario Time, los asesinos son blancos y varones y, aunque la media de edad de estos asesinos desde 1992 es de 32 años, lo cierto es que en los últimos años cada vez son más jóvenes y no superan los 30 años. Según un informe del FBI, la edad con mayor índice de asesinos en serie estaría entre los 16 y los 24 años.