Masacre en Bucha: una investigación del New York Times documentan una brutal ejecución de los rusos
Una investigación del New York Times ha sacado a la luz nuevas pruebas de la ejecución de prisioneros ucranianos
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Masacre en Bucha, una ciudad que no van a olvidar los libros de historia de las atrocidades. Una investigación del New York Times ha sacado a la luz nuevas pruebas de la ejecución de prisioneros ucranianos. Los vídeos que ha conseguido ese periódico muestran cómo los paracaidistas rusos mataron a nueve hombres. Encañonados y encorvados se llevan a nueve hombres ucranianos. Caminan agarrados al cinturón de quien tienen delante. Otros tienen las manos sobre la cabeza. “Camina hacia la derecha, perra”, les ordena uno de los soldados.
Los hechos ocurrieron el 4 de marzo en una calle de Bucha. Los últimos pasos con vida de estos prisioneros ucranianos fueron grabados por algunos vecinos y cámaras de seguridad. De entre ellos destaca un hombre de la sudadera azul. Poco después los paracaidistas rusos los ejecutan en un patio. Casi todos los muertos eran vecinos de Bucha, miembros de grupos de autodefensa, sin tiempo para esconderse cuando los soldados rusos volvieron a la ciudad.
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Maniatados, arrodillados y disparados
Las pruebas de la ejecución las buscó un grupo de periodistas de New York Times un mes después. A vista de dron vemos el edificio donde interrogaron y golpearon a los ucranianos. Maniatados y arrodillados, les dispararon junto a los escalones donde quedaron los agujeros de bala. Rusia siempre negó las ejecuciones. Pero aquí están las evidencias de la matanza para intentar acusar a Rusia de otro posible crimen de guerra.
Una fotografía de los cadáveres de los hombres ejecutados que yacían en un patio, algunos con las manos atadas, formaba parte de una serie de imágenes que recibieron la atención mundial a principios de abril tras la retirada de las fuerzas rusas de Bucha. Los dirigentes rusos al más alto nivel han negado repetidamente haber actuado mal en Bucha y han calificado las imágenes de “provocación y falsas”.
La ejecución de los combatientes capturados y del propietario de la vivienda en Bucha “es el tipo de incidente que podría convertirse en un caso sólido para el enjuiciamiento de crímenes de guerra”, dijo Stephen Rapp, ex embajador de Estados Unidos para asuntos de crímenes de guerra. Los cautivos, al haber sido desarmados y puestos bajo custodia por los rusos, estaban “fuera de combate”, según las leyes de la guerra, dijo Rapp. Según las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja, esas leyes significan que los prisioneros deben ser tratados con humanidad y protegidos de los malos tratos en cualquier circunstancia.