Marruecos legaliza el cannabis
Tras recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno, el nuevo proyecto de ley será aprobado previsiblemente por el Parlamento la semana que viene
Marruecos es el líder mundial de producción del cannabis, un negocio de 20.000 millones de euros anuales
Con la aprobación por parte del Consejo de Gobierno el pasado jueves, la norma que legaliza el “uso medicinal e industrial” del cannabis está más cerca de entrar en vigor. La semana próxima las dos cámaras del Parlamento marroquí deberán votar el proyecto de ley nº13.21, cuya tramitación había sido pospuesta hasta en dos ocasiones en las últimas semanas por parte del Ejecutivo.
Marruecos es líder mundial en la producción de esta planta, con más de 50.000 hectáreas cultivadas y un negocio que ronda los 20.000 millones de euros anuales según la Iniciativa global contra la criminalidad trasnacional organizada; el 80% del hachís –elaborado a partir de la resina de la planta- que se consume en Europa procede del país magrebí.
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El texto legal llega en medio de una grave crisis económica causada por la pandemia y tres meses después de que la ONU retirara el cannabis de su lista de sustancias tóxicas. Con la iniciativa las autoridades marroquíes esperan aprovechar un crecimiento del mercado mundial de cannabis medicinal que estiman en un 30% anual, con un negocio que ronda los 900 millones de euros en Europa, y mejorar las condiciones laborales de decenas de miles de personas en el norte del país en general y en la región del Rif en particular. La zona, especialmente deprimida, registró entre 2016 y 2017 fuertes movilizaciones sociales.
“El desarrollo de plantaciones legales de cannabis mejorará los ingresos de los agricultores, que viven con el miedo a las autoridades, la justicia y los barones de la droga; les protegerá de las redes internacionales del tráfico ilegal, y limitará inevitablemente las repercusiones negativas de la propagación de la cultura ilegal sobre la salud y el medio ambiente. El uso recreativo seguirá estando prohibido”, asegura a NIUS el cofundador del Colectivo por el uso terapéutico e industrial del kif, Chakib Al Khayari.
Ley con porcentajes de producción
Sobre el papel, con la nueva ley se fijarán los porcentajes de tetrahidrocanabinol (THC) -sustancia activa del cannabis- permitidos. En un principio, no deberán ser superiores al 0,2%, a pesar de que la variedad marroquí de la planta lo supere ampliamente. Una agencia estatal regulará producción, transformación, transporte y comercialización del kif.
Aunque no hay ningún estudio de opinión sobre la cuestión que lo respalde, la norma que autoriza los “usos lícitos” del cáñamo ha sido saludada por una parte importante de la opinión pública marroquí y de la clase política, y celebrada casi sin excepción desde los medios de comunicación. “Si el Estado fomenta el cultivo del cannabis y lucha contra el narcotráfico, verá aumentar sus ingresos y no tendrá la necesidad de recibir cada año las advertencias de la UE”, aseguraba recientemente Rachid Nini, director del diario Al Akhbar y uno de los periodistas más influyentes de Marruecos.
El proyecto de ley del cannabis, que lleva la impronta del ministro del Interior -el independiente Abdelouafi Laftit-, cuenta con el respaldo entusiasta del PAM (Partido de la Autenticidad y Modernidad), formación política fundada por Fouad Ali El Himma –amigo íntimo del rey Mohamed VI-, quien defiende su impulso desde hace más de una década. Y de los nacionalistas del Istiqlal. Son la segunda y tercera fuerzas de la Cámara de Representantes marroquí, ninguna de las dos en el gobierno de coalición.
No tan entusiasta es la posición del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), formación del primer ministro Saad Edine El Othmani y primera del Parlamento. La ley ha puesto de manifiesto una importante crisis en la formación islamista en año electoral (las legislativas están previstas para el próximo mes de septiembre).
Uso terapeútico
Previsiblemente, la ley del cannabis contará con los votos favorables de los diputados del PJD. Contrario a la norma es el ex primer ministro y miembro de la Ejecutiva del partido Abdelilah Benkirane, quien ha amenazado con su salida de los órganos de dirección del PJD si su grupo parlamentario aprobaba la norma. Contactado por NIUS, el anterior jefe del Ejecutivo marroquí se reafirmaba en su postura. “Estoy en contra de la ley y mi partido ha actuado al margen de su normativa, lógica y procedimientos habituales. No he cambiado de opinión. Es la misma que en 2016, cuando ya me opuse”.
Muchos en Marruecos van más allá de lo que, en un principio, permitirá la futura ley. “Basta de hipocresía. El proyecto de ley que legaliza el cannabis para uso terapéutico e industrial es un paso en la buena dirección. (…) Una legalización del uso recreativo permitiría financiar la lucha contra sus efectos nocivos. Dado que Marruecos va a ser un precursor en el uso médico del cannabis, ¿no deberías serlo también en el recreativo? ¿O tendrá que esperar a una nueva señal de la ONU?”. Lo escribía en su columna la semana pasada Yassine Majdi, redactor jefe de Telquel, seminario favorable desde hace años a la legalización del kif.
“Esta ley es solo un primer paso, pero servirá ya para resolver grandes problemas. Estoy contento porque va en interés general, empezando por la mejora de las condiciones de vida de los productores, que son la parte más débil de la cadena. Como consumidor habitual de hachís, espero que a partir de este momento podamos acceder a cannabis de buena calidad sin correr riesgos. Y tengamos algún día coffee shops al estilo holandés. Aunque de momento conocemos poco de la ley, hay que ver aún cómo se desarrollará”, explica a NIUS Othman Doukkali, joven empleado en un centro de llamadas de la capital marroquí.
Silencio español
Por el momento ningún miembro del Gobierno de España ha valorado la nueva iniciativa legal. Tampoco ningún dirigente de Podemos, a pesar de que desde la formación morada se defiende una normativa similar a la que Marruecos va a adoptar. Aún es pronto para conocer si la ley tendrá repercusiones sobre el narcotráfico en el Estrecho.
Un especialista en la lucha contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar consultado por NIUS se muestra escéptico sobre las consecuencias del desarrollo de la ley. "El narcotráfico seguirá igual que antes; es un simple trámite burocrático que Marruecos hace solo para seguir llevándose bien con la UE". La socióloga marroquí especialista en la cuestión del cannabis Kenza Afsahi se manifestaba en una reciente entrevista en Telquel de manera contundente: “La ley no pretende arreglarlo todo; será un proceso largo y complejo. Coexistirán dos mercados, el legal y el ilegal”.
“Con el volumen de negocio que supone el narcotráfico y teniendo en cuenta que los precios del cannabis serán públicos y controlados por la nueva agencia, hay un margen aún para el enriquecimiento importante”, opina para NIUS el periodista Juan José Téllez. “La clave estará en si el control de esa agencia y de la Gendarmería marroquí es realmente efectivo y no se convierte en una nueva cortina de humo. Supuestamente Marruecos estaba en los últimos años reconvirtiendo cultivos de cannabis por otros con presupuestos europeos, pero esa reconversión no se ha producido”, opina el escritor algecireño, gran conocedor del problema del narcotráfico.
Entretanto, desde Marruecos se invita al vecino del norte a acompañar la nueva etapa. “España tiene interés en invertir en este dominio. Es previsible que el coste del control del narcotráfico se reduzca”, asevera a NIUS Ali Barouki, profesor de la Universidad Mohamed V de Rabat y especialista en relaciones hispano-marroquíes. “Para que Marruecos acelere su entrada sobre el mercado mundial del cannabis legítimo es imperativo atraer a grandes empresas internacionales especializadas en este dominio. Hay sociedades europeas que ya han manifestado su interés”, asegura Al Khayari, responsable del Colectivo por el uso terapéutico e industrial del cáñamo.
Solo el tiempo dirá si la flamante ley servirá para aumentar la recaudación estatal y mejorar las condiciones laborales de los agricultores y si el desarrollo del negocio del cannabis para uso sanitario irá en detrimento de la producción de hachís. Y, por ende, del narcotráfico. Por el momento, toca esperar, y el marroquí es un pueblo armado de paciencia.