A partir de este miércoles, el acoso sexual en las calles de Marruecos será delito en el país, tras la aprobación de una nueva ley histórica contra la violencia machista. Con ella, se penalizará el acoso sexual callejero, aunque las ONG feministas del país ya critican el nuevo texto por no ir acompañado de mecanismos para su aplicación.
El acoso callejero o en los lugares del trabajo ha sido hasta hace poco un fenómeno callado en la sociedad marroquí por varias razones, entre ellas el miedo de las víctimas a ser estigmatizadas o a perder su trabajo, o la incomprensión social hacia ellas, culpadas a veces de ser responsables del acoso debido a su manera de vestirse o comportarse.
La presidenta de la Asociación Democrática de las Mujeres de Marruecos (ADFM), Saida Idrissi,se ha pronunciado al respecto: "Las mujeres ahora rechazan el acoso, una plaga que está cobrando en la actualidad una mayor mediatización y está más denunciada en las redes sociales", apuntó Idrissi en declaraciones recogidas por Efe.
La nueva ley 103-13 establece penas de hasta seis meses de cárcel y una multa de hasta 10.000 dirhams (900 euros) a quienes acosen a una mujer "en los espacios públicos u otros mediante actos, dichos o gestos de carácter sexual, o con fines sexuales".
La penalización incluye el acoso "mediante mensajes escritos telefónicos, electrónicos, grabaciones o imágenes de carácter sexual, o con fines sexuales".
De este modo, Marruecos se ha unido a otras regiones árabes en la lucha contra el crimen machista. El pasado año 2017 Túnez se hizo pionero en la penalización de agresiones sexuales al imponer una ley histórica que castiga todo tipo de violencia contra el género femenino.
La nueva normativa ha hecho eco de los numerosos casos de acoso sexual a los que las mujeres han tenido que enfrentarse, muchos de ellos en plena calle, algunos hasta en trasporte público y otros que han ido mucho más allá.
Es el caso de Khadija Okkarou, la joven marroquí de 17 años que fue violada, secuestrada, torturada y tatuada por un grupo de 13 jóvenes durante dos meses.
Estos casos, junto a otros episodios de violencia sexual hicieron que se reabra cada vez más el debate sobre la vulnerabilidad del cuerpo de la mujer en el espacio público, desencadenan campañas virtuales de solidaridad y la actuación inmediata de las autoridades para aprehender a los culpables. Todo alentado por el impacto de la campaña del #MeToo ("Yo también").
Aún queda camino por recorrer
Pero la llegada de esta nueva ley también abre otras interrogaciones :¿cómo probar un caso de acoso callejero? ¿Qué procedimiento deberá seguir la policía, y en qué modalidades se abre una investigación sobre estos casos? ¿Cómo debe actuar el juez?, son algunas preguntas que para las feministas no tienen respuesta con la nueva ley.
La activista marroquí Saida Kouzi, miembro fundadora de Mobilizing for Rights Associates (MRA) -colectivo que ofrece asesoría jurídica a las ONG feministas marroquíes-, lamentó que esta ley se quede en un "mero escaparate" por su "lenguaje vago", y recordó que el acoso, callejero o laboral, ha llevado a varias mujeres a dejar la escuela o el trabajo, o casarse con el primer marido que se presenta como medida de protección.
"Hay que tratar el acoso callejero como un atentado contra el orden público. Nuestros informes muestran que más del 33 % de los casos de acoso derivaron hasta la agresión sexual", denunció Kouzi en declaraciones a Efe.
En el mismo sentido, la presidenta de ADFM dijo que la criminalización del acoso es "positiva", pero lamentó que no esté definido según los estándares internacionales, además de la falta de mecanismos de aplicación de esta ley.
"Es más bien una ley aprobada para ser presentada ante la opinión pública internacional", criticó Idrissi.