La Gran Manzana se estanca en su tasa de paro mientras los neoyorquinos siguen cambiando su estilo de vida
La recuperación de la economía en la ciudad más poblada de Estados Unidos, que acusa una tasa de paro del 9,4%, más del doble del promedio nacional reducida a un 4,2%
La pandemia ha trastornado la dinámica del mercado laboral y ha devastado algunos de los motores económicos principales de la ciudad como el turismo, la hostelería y el comercio minorista
La pandemia ha recordado a los neoyorquinos que la vida no es sólo trabajo
Cuando el alcalde electo de Nueva York, Eric Adams, asuma el cargo en enero de 2022, uno de los retos más importantes que deberá afrontar es el de la recuperación de la economía en la ciudad más poblada de Estados Unidos, que acusa una tasa de paro del 9,4%, más del doble del promedio nacional reducida a un 4,2%.
Desde el comienzo de la pandemia, ninguna otra gran ciudad estadounidense se ha visto tan afectada como Nueva York. Sin embargo, para el estado -excluyendo la ciudad neoyorquina- la tasa de desempleo es del 4.8%, más cerca del país en su conjunto.
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Ya han pasado casi dos años desde que un millón de personas en Nueva York perdieron sus puestos de trabajo cuando el Covid-19 llegó a la ciudad de la Gran Manzana en marzo de 2020. Y mientras el resto del país ha recuperado más del 90% de los trabajos perdidos, la ciudad de Nueva York ha rescatado poco más de la mitad.
Su punto máximo lo alcanzó en junio de 2020, con una tasa de desempleo disparada al 20%, creando la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929.
Los motores de la economía neoyorquina devastados por la pandemia
La pandemia ha trastornado la dinámica del mercado laboral y ha devastado algunos de los motores económicos principales de la ciudad como el turismo, la hostelería y el comercio minorista.
Antes de que el virus llegara para quedarse, la industria del turismo en la ciudad de Nueva York daba trabajo a 283.000 personas, la mayoría en Manhattan. Sin embargo, a finales de 2020, aproximadamente un tercio de esos puestos habían sido eliminados, según la oficina del controlador del estado de Nueva York.
Menos turistas, menos empresas, más éxodo neoyorquino y más teletrabajo: claves para el estacionamiento de la tasa de paro
El considerable número reducido de turistas y visitantes recorriendo las calles de Nueva York, sumado al cierre de miles de empresas y oficinas, y el éxodo de neoyorquinos que han optado por teletrabajar desde otros estados del país que proporcionan mejor calidad de vida, ha motivado que la ciudad de Nueva York sufra un gran revés del que aún tardará en recuperarse. Más aún cuando en los últimos meses denota que su proceso de recuperación se encuentra, sobre todo, estancado.
Y si la fuerza laboral se ve afectada en el día a día, también el de la agitada y trepidante vida de Nueva York más característica se ha visto acusada, teniendo en cuenta que, entre restaurantes, bares y hoteles, se han perdido más de 100.000 puestos de trabajo, además de otros 60.000 relacionados con el comercio minorista, las artes escénicas y el entretenimiento.
Cierto es que, para algunas industrias de Nueva York, la pandemia simplemente aceleró la presión financiera que ya existía. Los minoristas ya estaban luchando por sobrevivir al auge de las compras online, y los escaparates vacíos terminaron impactando también en las boutiques y tiendas de lujo de Madison Avenue que cerraban para siempre. Las restricciones del Covid-19 sólo aceleraron el proceso.
Broadway y su lenta recuperación en contraste con Wall Street
La reapertura de los teatros de Broadway y la alta tasa de vacunaciones ha proporcionado un impulso este otoño. Pero el arte y el entretenimiento en su conjunto ha experimentado una lenta vuelta. El mes pasado hubo casi 1.000 puestos menos en la industria que en octubre. Y aunque las butacas en más de dos docenas de espectáculos de Broadway se han llenado constantemente en torno al 80%, según la Liga de Broadway, las cancelaciones relacionadas con Covid igualmente han reducido las ganancias.
Sin embargo, no sucede lo mismo en el sector de las finanzas. Las pérdidas de empleo en Wall Street han sido mínimas, lo que ha ayudado a que la recaudación de impuestos se mantenga, puesto que la ciudad ha recaudado impuestos sobre la renta de profesionales que ingresan elevados salarios trabajando de forma remota. Un resultado que contrasta con las recesiones que comenzaron en el año 2000 y 2008, y en los que la ciudad perdió decenas de miles de puestos de trabajo financieros bien remunerados.
Mejorar la calidad de vida: un sueño al alcance de miles de neoyorquinos
Se esperaba que el fin de las ayudas económicas del gobierno expiradas en septiembre de este año, junto con la flexibilidad de las restricciones de la pandemia y la reapertura de los vuelos internacionales, se vieran reflejados en la tasa de paro. Sin embargo, el tamaño de la fuerza laboral se redujo junto con la tasa de desempleo, lo que significa que la caída de la tasa de desempleo no es tanto una prueba de que más neoyorquinos consiguen trabajos, sino de que menos personas los buscan.
Posiblemente una de las razones más importantes es que la pandemia del coronavirus ha provocado que muchos trabajadores reconsideren sus prioridades a la hora de conciliar la vida laboral con la personal. Haber pasado más tiempo de lo habitual con las familias, o el hecho de haber disfrutado simplemente del tiempo de cada uno en particular con más soltura, ha invitado a la reflexión de muchos en este sentido. Una parte se ha jubilado mientras otros se muestran reacios a incorporarse a la fuerza laboral, en el caso de que esto se traduzca en tener que aceptar un trabajo que requiera la interacción cara a cara, según los expertos en análisis.
De acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por el grupo empresarial Partnership for New York City, sólo el 8% de los trabajadores de oficina volvieron al trabajo cinco días a la semana a principios de noviembre.
De Nueva York a Florida, un cambio sustancialmente suculento
La circunstancia de haber tenido que sobrellevar los confinamientos y restricciones de la pandemia en espacios de vivienda reducidos, el frío invierno de Nueva York y el elevado coste de vida neoyorquino, son también agentes importantes que han influido en la toma de decisiones de qué estilo de vida se quiere afrontar en adelante.
Desde marzo, las empresas inmobiliarias y las empresas de mudanzas han informado de una avalancha de demanda de personas que han abandonado Nueva York, muchas de ellas familias jóvenes, ya que la pandemia ha impulsado la demanda de casas más grandes y más espacio al aire libre, al tiempo que facilita la reubicación al naturalizarse el trabajo de forma remota.
Una significativa parte de la población que ha tomado la decisión de abandonar la ciudad de Nueva York, se ha dirigido al sur del país. Al menos 33.500 personas permutaron sus carnes de conducir de Nueva York por licencias de Florida desde septiembre de 2020 a marzo de 2021. El Departamento de Seguridad Vial y Vehículos de Motor de Florida por su parte ha señalado que la cifra de 33.565 permisos de conducir canjeados es un 32 % superior al del mismo periodo de 2019-2020.
Florida, un estado con ventajas
Conocidos en Florida como los “snowbirds” (literalmente “los pájaros de la nieve” entendiendo como tales a las “aves migratorias”), los neoyorquinos acuden cada año a calentarse bajo el sol de Florida durante las temporadas en invierno, y cada vez son más los que se asientan de manera permanente, según informes del sector inmobiliario y de servicios de mudanza.
Un número que, sin lugar a dudas, se ha superado con creces como consecuencia de la pandemia, teniendo en cuenta además que en este estado no se pagan impuestos ni por ingresos, ni inversiones ni herencias, lo que significa que como residente, a los ciudadanos se les permite retener la mayor parte de sus ingresos.
Visto de una manera global, podría decirse que la pandemia ha recordado a los neoyorquinos que la vida no es sólo trabajo, y que existen posibilidades de mejorar su calidad en términos generales.
A todas estas circunstancias, hay que añadir el resurgimiento de la variante Ómicron. Su recorrido también hará mella en la tendencia del mercado laboral de todos los estados del país y, en particular, de Nueva York. De ahí que convenga que su futuro alcalde trace algún plan para combatir algunos de sus previsibles efectos para que la economía de la ciudad también mejore su salud.