Clara Pardo, desde el mes de Mayo la nueva presidenta, aclara que “Manos Unidas nació para luchar contra el hambre, pero no se limita a eso, intentamos ayudar a los más desfavorecidos en aquellos lugares del mundo en que nos necesitan, ya sea en proyectos educativos, agrícolas o de ayuda a discapacitados”
Uno de esos lugares es Camboya, donde Pardo ha viajado para conocer de primera mano los proyectos que se impulsan desde España. “Camboya ha sufrido mucho, ha estado 30 años en guerra, destrozó el país. Pero ahora están en paz y tienen muchas ganas de salir adelante. Es un país de muchísimas posibilidades”
Esta ONG de cooperación y desarrollo financia económicamente proyectos de entidades locales en los países necesitados. A pesar de ser una ONG católica, entre sus contrapartes locales hay muchas organizaciones laicas.
Manos Unidas tiene casi 80.000 socios (donantes) y más de 5.000 voluntarios. Los años de la crisis han hecho bajar el número de socios, pero apenas se ha notado en las aportaciones. Según su memoria del año 2015, el 87,7% de sus ingresos de recaudación proviene de fuentes privadas y el 12,3% del sector público.
Fotografía: Iciar de la Peña (Manos Unidas)