Christine Blasey Ford acusó este jueves al candidato del presidente estadounidense a la Corte Suprema Brett Kavanaugh de intentar violarla en 1982, en un interrogatorio en el que dijo que está absolutamente segura que su agresor es el juez acusado y que está "aterrada" de tener que testificar. Pero dejó claro que no se confundía de persona.
Si Blasey Ford consigue convencer al presidente estadounidense Donald Trump de la veracidad de sus acusaciones, éste afirmó que podría renunciar a su candidato y proponer a otra persona. Pero hasta ahora, pese a que crecen las denuncias de supuestos abusos contra Kavanaugh, Trump ha mantenido su apoyo al magistrado. "Yo creí que me iba a violar", dijo antes de ser interrogada ante la comisión, enumerando los detalles de aquella noche en una declaración ya preparada leída con silencios intercalados mientras intentaba luchar contra las lágrimas. Kavanaugh por su parte se declara inocente.
Los intentos de acabar con Trump
La reunión que iban a mantener este jueves el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicefiscal general del país, Rod Rosenstein, ha sido aplazada hasta la semana que viene, tras los recientes rumores sobre la dimisión de Rosenstein tras salir a la luz que había planteado la posibilidad de grabar al mandatario en secreto para poder así inhabilitarlo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha desvelado que Trump y Rosenstein han hablado por teléfono y "plantean reunirse la semana que viene", según ha recogido la cadena de televisión estadounidense NBC.
La Casa Blanca publicó el lunes un comunicado después de que salieran a la luz las informaciones del portal Axios sobre la dimisión verbal de Rosenstein para confirmar que "a petición del vicefiscal general, él y Trump han tenido una extensa conversación para discutir las recientes noticias". La reunión fue confirmada por el propio Trump, quien resaltó que uno de los objetivos será "determinar qué está pasando". "Queremos tener transparencia, queremos tener sinceridad, y espero reunirme con Rod en ese momento", dijo.
Por el momento las informaciones sobre el futuro de Rosenstein son confusas. De hecho, la televisión NBC y el diario 'The Washington Post' han informado de que Rosenstein rechaza dimitir 'motu proprio' y esperará a que sea Trump quien le destituya. El reportaje del 'NYT' sostiene que la grabación serviría para aplicar la 25ª Enmienda de la Constitución, por la que un presidente puede ser inhabilitado por incapacitación.
Rosenstein propuso esta estrategia en la primavera de 2017, justo después de que Trump despidiera al director del FBI, James Comey, según ha publicado el periódico. 'The New York Times' ha citado a fuentes cercanas a los hechos y a informes redactados por altos funcionarios del Gobierno norteamericano, incluido Andrew McCabe, que asumió el puesto de director interino del FBI tras el despido de Comey.
Las propuesta no salió adelante, según el 'New York Times'. El periódico 'The Washington Post' también ha informado de esas negociaciones, citando memorandos escritos por McCabe. Rosenstein ha desmentido en hasta dos ocasiones estas informaciones.
El 'New York Times' ha afirmado que Rosenstein le dijo al Departamento de Justicia y a funcionarios del FBI que las grabaciones secretas podrían usarse para exponer el caos del Gobierno tras las revelaciones de que Trump le pidió a Comey que le prometiera lealtad y divulgase información clasificada a los rusos en el Despacho Oval.
Rosenstein ha sido muy criticado por los Trump y sus aliados por nombrar al Asesor Especial Robert Mueller en mayo de 2017 para encargarse de una investigación federal sobre las sospechas de injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y una posible coordinación entre Moscú y la campaña de Trump. Comey dirigió la investigación hasta que fue despedido.