Miles de personas sosteniendo una impresionante bandera arcoiris han desfilado por las calles de Río de Janeiro. La han llevado a golpe de baile y fiesta para celebrar los 40 años del movimiento LGTB en Brasil.
Los participantes desafiaron a la lluvia, pero sobre todo al Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, que niega la diferencia y apuesta por el rechazo a la diversidad.
El orgullo en Río de Janeiro es el número 24 por la democracia, la libertad y los derechos de los homosexuales y transexuales, y han paseado sus consignas y biales por el turístico barrio de Copacabana. "Los gais existen y están aquí en la playa", gritaban los participantes.
La manifestación mezcló a los que han participado en defensa de la Amazonia, en contra de los descontrolados incendios que están diezmando la flora y la fauna autóctonas "que está en riesgo de extinción, y todos estamos en riesgo de extinción gracias a nuestro gobierno".
Gais, lesbianas, transexuales han desfilado en un ambiente festivo, pero reivindicativo, "ahora tenemos que unirnos. Mi mensaje es que nos unamos, protejamos a los amigos y luchemos para ser felices y amar".
Esta marcha de Río de Janeiro, bastión electoral del presidente Bolsonaro, se ha celebrado tres meses después de la de Sao Paulo, una de las más multitudinarias del mundo y que contó con más de tres millones de personas.