Una madre ha matado presuntamente a su hijo de seis semanas al sacudirle con tanta fuerza que le causó lesiones cerebrales catastróficas. Chelsea Cuthbertson, de 28 años, pidió una ambulancia y dijo que su hijo Malakai Watts no respiraba, pero los médicos descubrieron que su paro cardíaco probablemente fue causado por una "lesión no accidental". La madre está siendo juzgada por asesinato.
El bebé, que nació el día de Navidad anterior, fue puesto en coma inducido médicamente en una unidad de cuidados intensivos pediátricos en el Hospital General de Southampton el 2 de febrero de 2019, pero se tomó la decisión de desconectar su soporte vital cuatro días después. Murió el 6 de febrero.
Cuthbertson, quien niega el asesinato, ha comparecido ante el Tribunal de la Corona de Winchester, donde la fiscal Sally Howes ha explicado que la causa de la muerte se registró como "lesión en la cabeza". "Una extensa investigación post-mortem identificó hallazgos patológicos consistentes con una lesión traumática en la cabeza. El mecanismo probable de imposición es alguna forma de sacudida, posiblemente con algún tipo de impacto ', ha expuesto la fiscal de la corte de Winchester Crown Sally Howes.
La causa de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico mortal, pero también se identificaron ocho fracturas de costillas, una de las cuales se había sufrido antes que las otras siete.
La fiscal explicó que Malakai nació prematuramente, junto a su hermano gemelo, pues su nacimiento estaba inicialmente previsto para el 5 de febrero, el día antes de su muerte, y llegaron el día de navidad de 2018. La madre aseguró que el pequeño no sufría ninguna dolencia y los visitantes médicos no habían informado de ninguna preocupación, aunque sí indicaron que se percibía un olor a cannabis en el apartamento. Tanto Chelsea Cuthbertson como su pareja, Dell Watts, eran consumidores habituales de cannabis y también consumían cocaína con menos frecuencia, según la fiscal.
La fiscal explicó que el señor Watts recordó haber sido despertado por Malakai "llorando" alrededor de las 3 de la mañana del día en que llamaron a la ambulancia. Después alimentaron a los dos gemelos a las 4 de la mañana y el padre ya se quedó a dormir en el sofá para evitar una discusión.
A la mañana siguiente se fue a trabajar después de mirar por la puerta y escuchar a Cuthbertson "roncando". No revisó a los niños antes de irse. A las 9:30 am, la madre llamó al 999, informando que su bebé no respiraba. El equipo paramédico describió al bebé como "flácido" con labios "pálidos". Malakai mostró signos de hemorragia interna que "plantearon la posibilidad de lesiones no accidentales".
Una vez en el hospital, a Malakai se le realizó un ultrasonido de emergencia y una tomografía computarizada que halló "signos catastróficos de lesión cerebral". La opinión de los médicos era que sus lesiones físicas significaban que las lesiones no accidentales eran "la causa más probable de su paro cardíaco".