Una mujer ha sido condenada a 14 años de cárcel por haber dejado que su bebé de 11 meses muriera de hambre solo en casa mientras ella pasaba cuatro días de fiesta con sus amigos.
Olga Bazarova, de 25 años, se lo pasaba en grande mientras su hijo de 11 meses moría lentamente en su cuna. La madre dejó a su bebé solo con su hija de tres años, quien por algún milagro sí sobrevivió. Su tercer hijo, de siete años y fruto de una relación anterior, había quedado al cuidado de uno de sus amigos.
La niña pequeña y el bebé fueron descubiertos por su abuela, cuatro días después, tras varios intentos frustrados de comunicarse con la madre. Según los registros judiciales, el bebé fue hallado muerto en su cuna, mientras que su hermana estaba al borde de la muerte. La aterrorizada abuela llamó a una ambulancia que logró estabilizar a la niña y salvarle la vida.
La pequeña fue trasladada de urgencia a cuidados intensivos en estado crítico, con desnutrición severa. Sin embargo, el bebé murió de hambre y deshidratación. Durante las audiencias judiciales, según los informes, la madre confesó haber dejado a los niños solos en su apartamento.
Bazarova dijo que lamentaba haber dejado a su hijo y negó cualquier intención de matarle. La madre afirmó que "no podía prever" que el bebé moriría, a pesar de que no se dejó comida en casa, según apuntó el fiscal principal.
Olga fue imputada el pasado 7 de junio por el asesinato de un menor con especial crueldad. Ha sido sentenciada a 14 años de prisión en el Tribunal Regional de Chelyabinsk en Zlatoust, Rusia, y también ha sido despojada de sus derechos parentales sobre su hijo mayor y la niña sobreviviente, cuyo padre también está en prisión. Según los medios locales, los niños han sido enviados a un orfanato.