Una madre estadounidense, de 22 años, ha asesinado brutalmente a tres hijos menores. La mujer que habría asfixiado a su bebé de siete meses después de acabar con la vida de su hija de dos años y su hijo de tres años mientras les recitaba canciones de cuna.
La Policía recibió una llamada anónima de urgencia pidiendo que se desplazasen hasta el hogar de la mujer, Rachel Henry. Al llegar, los agentes encontraron los cadáveres de los pequeños recostados en el sofá, donde Henry los habría situado una vez muertos para simular que estaban durmiendo la siesta.
Henry, supuestamente adicta a la metanfetamina desde la muerte de su madre, reconoció ser la culpable de los hechos. Según su confesión, la que fuese la progenitora de los menores habría matado en primer lugar a su hija mediana mientras jugaba. La mujer, que le habría puesto de repente la mano en la boca y la nariz impidiendo que respirase, asesinó minutos más tarde, de manera exacta, al mayor de todos. Asimismo, acabó con la vida de su bebé tras darle el biberón.