La Policía de Nueva Zelanda se ha visto en la obligación de tener que hacer pública la entrañable conversación que mantuvo una de sus agentes con un niño de cuatro años que llamó por sí mismo al número de emergencias.
“Policía, ¿cuál es tu emergencia?”, preguntó la agente en primer lugar, nada más coger la llamada sin esperar que al otro lado se encontraba el pequeño.
“Hola. ¿Señora policía?”, dice el niño, mientras ella replica, en tono afectuoso y cercano: “Sí, ¿qué sucede?”. –¿Puedo decirle algo?, dice el pequeño, antes de lanzarse a emitir definitivamente su mensaje: “Tengo algunos juguetes para ti”.
Ante sus palabras, con voz de sorpresa, la agente le sigue el juego: “¿Tienes juguetes para mí?”, a lo que el niño replica con un resuelto: “Yep! (Sí). ¡Ven y míralos!”.
Lo siguiente que se escucha en la conversación es a la policía preguntando dónde se encuentra, tras lo cual acto seguido, sin poder entender lo que dice el niño, se escuchan algunas interferencias y a continuación es un adulto el que se pone al teléfono. Se trata, concretamente, de su progenitor, quien explica que, efectivamente, se trata de un error, que no hay ninguna emergencia y que el niño cogió el teléfono mientras ayudaba porque su madre estaba enferma. Él, cuenta, estaba ocupándose en ese momento de otro hijo.
Tras despedirse y cortar la llamada telefónica, la agente, no obstante, solicitó de inmediato que algún compañero en activo acudiese a la casa del pequeño: “Hay un niño de cuatro años que quiere enseñar sus juguetes a la policía”, dijo por radio, ante lo cual un agente contestó rápidamente afirmando que acudiría al lugar. Y allí fue, dando una sorpresa al pequeño que nunca olvidará.
“Tenía juguetes geniales”, confirmó el agente Kurt, de la Policía del Distrito Sur de Nueva Zelanda, quien se desplazó en la zona aprovechando para enseñar al niño el coche patrulla, sus luces... y para darle un paseo al tiempo en que inmortalizaron el momento con una divertida instantánea. Sin pensárselo dos veces, el niño posó sobre el coche con la gorra del policía.
Más allá, haciendo pedagogía, los agentes le explicaron al niño la función del número de emergencias y su uso específico.
“Si bien no alentamos a los niños a llamar al 111 para mostrarnos sus juguetes, esto fue demasiado bonito como para no compartirlo”, ha manifestado la policía, que divulgó la historia a través de su Facebook.