La información la daba el propio gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, mientras avisaba que se gestionaba el cierre de la empresa propietaria de este y otras limusinas, según ha publicado la CBSNews. Esas son las irregularidades más relevantes, pero las autoridades estatales y federales siguen investigando las causas del accidente del pasado sábado en Schoharie.
Los registros federales revelan que la compañía de alquiler de limusinas, a la que esta pertenece, fue inspeccionada cinco veces en los dos últimos años y cuatro vehículos fueron retirados del servicio. "En mi opinión, el propietario de esta compañía no tenía por qué tener un vehículo averiado en la carretera", dijo Cuomo en la ciudad de Nueva York. "La empresa tiene muchas preguntas que responder".
El chófer de 53 años no tenía la licencia comercial específica que se necesita para conducir limusinas, algo que constituye un delito federal. Además, la limusina accidentada no superó la inspección de seguridad que analiza el estado del chasis, los frenos y la suspensión.
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Los investigadores estaban revisando los mensajes de texto y las publicaciones en las redes sociales de las víctimas que estuvieron activos momentos antes del accidente mortal, donde algunos hablaban del estado del vehículo. La policía se incautó cuatro vehículos de esta empresa, incluido el involucrado en el accidente. Además informó que el propietario de la empresa podría enfrentar un proceso penal si se demuestra su responsabilidad.
En un comunicado, la empresa afectada, Prestige Limousine, extendió "sus más profundas condolencias a los miembros de la familia y los amigos de quienes perdieron la vida trágicamente" en el accidente. "Estamos realizando una investigación interna detallada para determinar las causas y los pasos qué podemos seguir para prevenir futuros accidentes".