Kyrylo Timoshenko, ucraniano residente en Altea, Alicante, viajó hasta su país cuando comenzó la invasión rusa. Desde un refugio, allí, en Irpín, Ucrania, ha hablado con Pedro Piqueras para Informativos Telecinco, sobre cómo es la situación actual de la guerra 'in situ'.
Desde una base temporal, un refugio, sobre el que Rusia no para de lanzar ataques, Timoshenko y el resto de la milicia ucraniana han participado en diversas acciones, entre ellas una operación de reconocimiento aéreo: "Hemos detectado varios tanques y varios blindados que se están escondiendo entre las casa civiles".
Cuando cae la noche, las tropas enemigas, "aprovechan para salir de los refugios y bombardear", indica Timoshenko. Difícil de creer para él, y para el resto de ciudadanos que han tenido que aprender a convivir con el incesante ruido de los bombardeos y disparos, que la paz llegará pronto. "Solamente entienden la lengua de la fuerza".
Sus esperanzas en las negociaciones son pocas, "no creo que llegue porque las condiciones que están poniendo están muy lejos de la realidad", pero aún así, confía en ver qué pasará.
La convivencia entre ucranianos y rusos en España "se ha terminado"
Timoshenko, residente en Altea, Alicante, donde conviven con total normalidad rusos y ucranianos, cree que, tras la guerra, nada será igual. "Yo creo que esa convivencia se ha terminado para mucha gente". Tendrá que pasar mucho tiempo. "Hay parte de la población rusa que aún no entiende lo que está pasando. Aún siguen viendo canales rusos que son pura propaganda".