Kim Yo-jong, la hermana menor de Kim Jong-un, se perfila como la posible sucesora del líder supremo de Corea del Norte en caso de que este haya muerto. Y los informes que llegan de un país tan opaco no son nada alentadores. Según la televisión por satélite de Hong Kong HKSTV, el líder norcoreano ya está muerto. Y un informe del semanario Shukan Gendai en Japón le reporta en “estado vegetativo” después de haber sido operado del corazón a principios de mes. Incluso el senador estadounidense Lindsey Graham ha asegurado que no estaría "sorprendido" si el dictador resulta estar "muerto o incapacitado".
De ser ciertos los rumores, la figura de la hermana de Kim cobra especial importancia. Fue ella quien diseñó cuidadosamente durante años la imagen de su hermano en todo el planeta. Poco conocida, la mujer se ganó la confianza del Partido de los Trabajadores que comanda el país con mano de hierro. Después de su participación estelar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 el mundo la conoció más. Según informes de inteligencia, Kim Yo-jong es la única persona en quien confía Kim Jong-un.
En los últimos meses,su imagen pública ha crecido. También su fama de implacable. Especialmente después de referirse a Corea del Sur como “un perro asustado que ladra”, debido a las quejas de Seúl respecto a un ejercicio militar cerca de la frontera. Más extraño aún, elogió a Donald Trump, quien le había enviado una carta a su hermano. Desde hace un tiempo se ha convertido en su portavoz y representante ante el mundo. Nadie accede al dictador norcoreano como ella.
Pero poco se conoce de la vida de la llamada “princesa norcoreana”. La menor de los hermanos del dictador Kim Jong-un es la única hija de Kim Jong-il y su consorte, la bailarina Ko Yong-hui. Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, nació en Pyongyang el 26 de septiembre de 1989, aunque el servicio de inteligencia de Corea del Sur sostiene que nació en 1987, por lo cual su edad ronda entre los 30 y 32 años. Como sus hermanos mayores, fue educada en Berna, la capital suiza.
Según Kenji Fujimoto, el chef japonés que trabajó para la familia Kim durante varios años hasta que escapó en 2001, Kim Jong-il adoraba a su hija menor. La llamaba “dulce Yo-jong” o “princesa Yo-jong”. Se cree que “la princesa” regresó a Corea del Norte en el año 2000 o 2001, al mismo tiempo que Kim Jong-un. Una vez allí, completó sus estudios en la Universidad Kim Il-sung, en Pyongyang.
Tras el retorno a su país, “la princesa” no fue vista en público hasta el fallecimiento de su padre, casi diez años después. En aquella ocasión, apareció entre varios funcionarios en el funeral, a finales de 2011.
Su carrera política comenzó en 2014, cuando fue designada vicedirectora del departamento de Propaganda y Agitación del Partido de los Trabajadores, cargo por el cual fue condenada por los Estados Unidos por "abuso de los derechos humanos" y censura para ocultar "las conductas inhumanas y opresivas".
Según la inteligencia surcoreana, la joven suele “abusar de su poder” y castigar a los miembros de su departamento por “ofensas menores”. Es tal su confianza que Yo-jong fue quien acompañó a Kim a sus dos cumbres con Trump. Pero tras ello se le recomendó que mantuviera un perfil bajo, y durante un año la hermana del líder coreano estuvo apartada del foco principal. Aunque nunca estuvo salpicada en cuestiones internas relacionadas con purgas y desapariciones, sabe todo sobre el tema y hasta aconseja a su hermano.
Por la fuerte tradición confucionista de Corea del Norte, para muchos es improbable que algún día se convierta en líder del país comunista. “Ella no puede ser líder. Es una mujer”, asegura Lim Jae-cheon, una experta en la familia Kim de la Universidad de Corea en Seúl. Pero tiene un papel importante que desempeñar. “Kim Yo-jong es muy influyente”, aseguró. Quizás el momento de una mujer al frente de la amenazante potencia nuclear haya llegado y cambie su rumbo de manera rotunda.