Tras tres semanas de ausencia y con noticias que apuntaban a que podría encontrarse en "estado vegetativo" e incluso haber fallecido, el mandatario de Corea del Norte, Kim Jong Un, reapareció este fin de semana.
Lo hizo en un acto de inauguración de una fábrica de abono en Sunchon. Una misteriosa marca en su muñeca llamó la atención de los medios estatales que allí se encontraban.
Tras 21 días apartado de los medios y con la aparición de numerosas especulaciones acerca de su estado de salud, el líder norcoreano parecía mostrar absoluta normalidad en la celebración del evento.
Todo comenzó a principios de abril, cuando informes confirmaban que se habría sometido a una operación de stent. Saltaron las alarmas cuando China envió expertos médicos para atenderle. Sus antecedentes familiares no despertaban mucha esperanza. Tanto su padre como su abuelo fallecieron debido a enfermedades cardíacas.
NK News pudo hablar con un especialista médico que aseguró que podría tratarse de una cicatriz fruto de una intervención cardiovascular, concretamente una punción de la arteria radial derecha. Todo apuntaría a que se habría sometido a una operación de corazón.
Durante el acto se le pudo ver moverse sin dificultades, hablar con los asistentes e incluso sonreír y fumar. Además, estuvo acompañado de su hermana, quien se ha rumoreado que podría ser su sucesora. Ninguno de los dos llevaba mascarilla. Sí lo hacían los espectadores allí presentes, que le ovacionaban con ímpetu.